La princesa Mako está a punto de perder su estatus imperial, sus títulos y su tiara. Antes del día de su boda, fijada finalmente para el 26 de octubre, también tendrá que devolver su colección de joyas.
Las recibió en su vigésimo cumpleaños -23 de octubre de 2011- para poder reunirse con su abuelo, Akihito -no hay otra manera para ser ‘presentadas’ al emperador-, cuando empezó a asumir actos oficiales en la corte, pero ahora, su tesoro volverá a las bóvedas imperiales.
La mayoría de edad de las princesas japonesas se enmarca en la tradición y los veinte de Mako, también se celebraron con rituales, ceremonias, distinciones -el gran collar de la Orden de la Preciosa Corona- y un valioso aderezo: la tiara, un imponente collar, dos pulseras, pendientes y broche. Todas las piezas engastadas exclusivamente con diamantes o perlas, ya que en la corte del crisantemo no se usan piedras preciosas de colores como la esmeralda, el rubí, o el zafiro.
La diadema, engastada con diamantes, se distingue por sus arcos, que representan las olas del mar; y el diseño floral
La colección de joyas de Mako es obra del joyero japonés Wako Wako Co.; y la diadema, engastada con diamantes, se distingue por sus arcos, que representan las olas del mar; y el diseño floral.
La sobrina del emperador la ha usado regularmente en las recepciones de Año Nuevo y en los banquetes estatales, pero no podrá quedarse con ese recuerdo de la que fue su vida como princesa.
Tampoco la necesitará y el valor de las joyas no parece preocuparle demasiado. Para la princesa, lo realmente difícil no ha sido tener que renunciar a todo, sino sentir que su dignidad como persona estaba siendo atacada con calumnias que persisten y que la han llevado a sufrir un “trastorno de estrés postraumático complejo”. Según un portavoz de la Familia Imperial, la hija del príncipe heredero tiene miedo de que sea “imposible cumplir su deseo de tener una vida tranquila y feliz”, incluso después de haber renunciado a sus derechos y privilegios dinásticos para poder conseguirlo.
Todo han sido obstáculos, desde sentirse como una princesa repudiada a la polémica por su matrimonio, que no cesa y mantiene a la nación en vilo
Todo han sido obstáculos. Desde sentirse como una princesa repudiada a la tensión creada en torno a su relación, la pérdida de la reputación de su novio, Kei Komuro y la polémica por su matrimonio, que no cesa y mantiene a la nación en vilo, pero aún así, nada ni nadie ha conseguido desanimar a la princesa. Después de tres años de espera, seguirá adelante con sus planes, aunque en circunstancias complicadas porque los problemas no han acabado.
Al parecer, el conflicto financiero que desató la polémica, dividió a los japoneses y revolucionó una corte milenaria, sigue sin solucionarse. Según diferentes fuentes, los 30.000 euros que recibió su madre, Kayo, de su expareja -según ella, fue un regalo; según él, un préstamo para poder para financiar los estudios de su hijo- todavía no se ha resuelto. Es más, la situación podría seguir complicándose. Según NEWS Post Seven, un periodista presentó a principios de este mes una denuncia ante la Fiscalía del Distrito de Tokio por otras dos acusaciones de fraude contra la que será la suegra de Mako.
Informó sobre su boda a los espíritus de sus antepasados bajo la lluvia y sola, ya ha ‘colgado’ la tiara y ha comenzado a despedirse de su mundo
A la espera de nuevas noticias, la princesa Mako, una embajadora importante para Japón desde que alcanzó la mayoría de edad, ya ha ‘colgado’ la tiara y ha comenzado a despedirse de su mundo. El pasado doce de octubre rindió homenaje bajo la lluvia a sus difuntos bisabuelos, el emperador Hirohito y la emperatriz Nagako, en los mausoleos del Cementerio Imperial de Musashino. Se inclinó ante las tumbas con una ofrenda de tres ramas tamagushi sagradas e informó sobre su boda a los espíritus de sus antepasados.
Fue sola. Su futuro esposo, el abogado Kei Komuro, es el prometido incómodo. El joven de 30 años, una vez conocido como ‘Príncipe del Mar’ debido a su aparición en una campaña de turismo, hace mucho tiempo que sabe que no existe ni existirá a los ojos de la Corte Imperial, ni tampoco para un alto porcentaje de la población nipona, que lo considera ‘inapropiado’ para una princesa imperial.
La polémica creada y su deseo de vivir en los Estados Unidos les ha valido el apodo de los ‘Harry y Meghan de Japón’
Ante las críticas sobre su matrimonio por parte de los sectores más conservadores que la han repudiado, la princesa ha rechazado un pago global de 1,15 millones de euros, financiado con dinero de los contribuyentes. Para Mako es importante. Nadie podrá decir que Kei Komuro se casa con Mako por su dinero ni para usarlo para pagar la deuda de su madre. Esa lucha contra los sectores reaccionarios y su deseo de vivir en los Estados Unidos les ha valido el apodo de los ‘Harry y Meghan de Japón’.
Mako será la primera princesa de la milenaria dinastía que no cumplirá con la celebración de los rituales nupciales que deben seguir las damas imperiales antes de contraer matrimonio. Aún así se despedirá formalmente del emperador Naruhito y la emperatriz Masako el próximo día 22 y, también, de sus abuelos, el emperador Akihito y la emperatriz Michiko, el día 25, un día antes de su boda y de inscribir su matrimonio en un registro civil.
Después de la boda, ya solo como Mako Komuro, ofrecerá junto a su marido una conferencia de prensa pagada de su bolsillo
Después, junto a su marido Kei y ya solo como Mako Komuro, ofrecerá una conferencia de prensa, pagada de su bolsillo, para contar sus planes. Para entonces, la hija mayor del príncipe Akishino habrá dejado atrás su residencia y el Palacio Imperial (Chiyoda, Chiyoda-ku). El mundo milenario, su tratamiento de alteza, el título de princesa imperial... Todo.
Nueva York los espera. Mako cambiará los muros imperiales por la libertad de un apartamento. Komuro ha estado trabajando en un bufete de abogados de Manhattan, Lowenstein Sandler y Mako, investigadora en una filial del Museo Universitario de la Universidad de Tokio, podría seguir el mismo camino en Estados Unidos.