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La Familia Real griega se prepara para celebrar la boda del príncipe Felipe, sobrino de don Juan Carlos y doña Sofía, que tendrá lugar el sábado 23 de octubre en Atenas. El quinto y último hijo de los reyes Constantino y Ana María de Grecia dará el ‘sí, quiero’ religioso a Nina Flohr en una ceremonia ortodoxa que tendrá como escenario la catedral de la Asunción de Santa María de Atenas, también conocida como Catedral Metropolitana, el mismo lugar que eligieron sus tíos hace 59 años. Una boda que se espera que será mucho más fastuosa que su íntimo enlace civil, que tuvo lugar el 12 de diciembre de 2020, en la exclusiva estación de esquí de St. Moritz (Suiza) y que contó con un reducidísimo grupo de invitados. Para su enlace religioso, los novios han elegido esta catedral, que tiene un gran significado dentro de su familia. Además de los reyes Juan Carlos y Sofía, Constantino y Ana María de Grecia también sellaron su amor bajo sus muros. Un enlace que seguro que nos transportará a otra época y que dejará imágenes imborrables de la vistosa ceremonia ortodoxa.
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La boda de los entonces príncipes Juan Carlos y Sofía se preparó con mucho mimo y fue todo un acontecimiento, que se siguió con enorme interés. El 14 de mayo de 1962 los novios se casaron en Atenas en dos bodas. La primera, católica, en la catedral de San Dionisio y, la segunda, ortodoxa que tuvo lugar una hora después en la Catedral de la Asunción de Santa María, que se engalanó con 45.000 claves rojos y amarillos, como guiño a España. Una cita histórica que comenzó unos días antes con la entrega por parte del Gobierno español de la máxima condecoración: el gran collar y lazo con brillantes de la Orden de Carlos III. La reina Victoria Eugenia, abuela de don Juan Carlos, vendió el aderezo de esmeraldas, que había pertenecido a la emperatriz Eugenia de Montijo para ayudar a los condes de Barcelona con los gastos del evento.
- Así imaginamos la boda real del primo del rey Felipe
En el imaginario popular quedan las imágenes de la joven pareja, ambos con 24 años, con las coronas sobre sus cabezas, una de las partes más características de los enlaces ortodoxos. Doña Sofía llevó un majestuoso vestido de seda entreverada de plata del diseñador Jean Desses que completó con el velo nupcial de su madre, la reina Federica. Un total de ocho damas de honor (su hermana, Irene de Grecia, Irene de Holanda, Alejandra de Kent, Bendicta y Ana María de Grecia, Ana de Francia, la infanta Pilar y Tatiana Radziwill) llevaron la cola de su traje. La tiara de diamantes prusiana, de estilo helénico, que también eligió doña Letizia para su boda con el entonces príncipe de Asturias, fue el complemento perfecto. Se trata de una joya que fue diseñada para la princesa Victoria Luisa de Prusia, hija del káiser Guillermo II y abuela de doña Sofía. Por su parte, don Juan Carlos eligió el uniforme de teniente de Infantería del Ejército de Tierra.
A la salida, a los recién casados les esperaba un arco de sables formado por doce oficiales de las promociones de don Juan Carlos de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire. Bajaron a pie las escaleras de la catedral hasta una carroza de cuento de hadas que les llevó a dar su primer baño de multitudes por la capital helénica. Se trataba de un carruaje forrado en seda blanca, adornada con galones de oro y construido en Francia en el siglo XIX, tirado por seis caballos, que les llevó al Palacio Real de Atenas donde se sirvió el banquete de bodas en una carpa montada en los jardines. El menú estaba formado por cóctel de bogavante, suprema de ave con legumbres y salsa de estragón y fuagrás en gelatina. De postre, una espectacular tarta nupcial de cuatro pisos, decorada con flores y una corona, además de fruta y helado de moca.
Al enlace de los reyes don Juan Carlos y doña Sofía acudieron numerosos representantes de las casa reales europeas. Los dos tienen lazos familiares muy estrechos con gran parte de ellas y la abuela paterna del novio, la reina Victoria Eugenia, tuvo un papel muy destacado en el enlace. Además de con la Casa Real española, el príncipe Philippos está emparentado directamente con la monarquías de Dinamarca, Reino Unido y Hannover, así que igual que ocurrió hace 59 años, puede que el enlace se convierta en una cumbre de ‘royals’ como no se recuerda. Entre los padrinos de bautizo de Philippos de Grecia se encuentra, además de don Juan Carlos, el difunto duque de Edimburgo, la recordada princesa Diana de Gales y la infanta Elena. Aunque no se ha confirmado aún los asistentes, seguramente los reyes Felipe y Letizia ya han recibido la invitación, al igual que Margarita de Dinamarca, tía materna del novio o sus otros primos, Federico y Mary de Dinamarca. Por parte de Nina Flohr, hija del fundador de la compañía de jets privados VistaJet también se espera un buen número de rostros conocidos. El enlace real promete ser uno de los grandes acontecimientos del otoño.