La élite europea se dio cita, el pasado sábado nueve de octubre, en la boda del príncipe Alexander de Schaumburg-Lippe y Mahkameh Navabi. Él es el jefe de la Casa de Schaumburg-Lippe, un antiguo principado soberano que se extinguió con la caída del Imperio alemán, en 1918. Ella, una reconocida pianista iraní.
El enlace reunió a miembros de la realeza como el príncipe Guillermo de Luxemburgo y su esposa, Sibilla, prima segunda del Rey Felipe VI; los príncipes Ernst August y Ekaterina de Hannover, o Carlos de Habsburgo-Lorena y su nueva pareja, la condesa y empresaria Christian Nicolau de Almeida Reid. También asistió Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión de la Unión Europea, así como integrantes del mundo de la aristocracia. Entre ellos, el conde Charles von Faber-Castell y su esposa, Melissa Eliyesil, o el abogado italo-español José Antonio Ruiz-Berdejo. El heredero del conde de Sigurtà acudió junto a su nueva pareja, la italiana Alessandra Gorla, que se convirtió en una de las más elegantes de la boda, al lucir unos vestidos diseñados por ella misma y realizados en el taller de Medina Centellas, que combinó con las creaciones de Alexia Álvarez de Toledo, creadora de sombreros y tocados, en boga entre la jet set.
La ceremonia religiosa tuvo lugar en la iglesia de Bückeburg, una localidad de Baja Sajonia, donde el cónyuge, de sesenta y dos años, posee el impresionante castillo Schloss Bückeburg. Allí, se celebró posteriormente el banquete. Los novios no escatimaron en ningún detalle: hubo un carruaje tirado de caballos, una tarta de seis pisos…
Todo un enlace real donde la novia, de cuarenta años, deslumbró con un impresionante vestido de alta costura de los diseñadores iraníes Azzi & Osta, que combinó con la tiara Schaumburg-Lippe Palmette, de casi dos mil diamantes y propiedad de la familia de su marido. Con esta impresionante joya familiar también se casaron con el príncipe sus dos esposas anteriores: la princesa Lilly Sayn-Wittgenstein-Berleburg, con la que tuvo a su hijo mayor, el príncipe heredero Heinrich Donatus de Schaumburg-Lippe, y Nadja Anna Zsoeks, con quien fue padre de dos hijas, las princesas Friederike y Philomena.
Curiosamente, Lilly, la primera de sus exmujeres, ejerció de dama de honor en la nueva boda del príncipe. Un enlace único que contó con una fiesta previa y que gran parte del gotha europeo no se quiso perder.