En septiembre de 2020 el príncipe Alejandro de Schaumburg-Lippe contrajo matrimonio con Mahkameh Navabi. Una vez que han cumplido su primer aniversario como marido y mujer han vuelto a darse el "sí, quiero", ahora por la iglesia. Mientras que su enlace civil estuvo marcado por las restricciones derivadas de la pandemia y llevaron a cabo un acto íntimo y muy reducido, en esta ocasión es muy diferente. El aristócrata y la pianista persa han citado a todos sus familiares y amigos para que les acompañen en el inicio del nuevo capítulo que han comenzado a escribir juntos en la iglesia de la ciudad de Bückeburg, ubicada en la Baja Sajonia. A las puertas de este templo alemán se ha desplegado una alfombra roja para los novios, que una vez casados se han ido muy sonrientes a bordo de un carruaje y saludando tanto a su círculo íntimo como a todos los curiosos que se han acercado para ver este importante acontecimiento.
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Como en cualquier boda, el momento que más expectación causaba era la llegada de la novia. Mahkameh Navabi ha caminado hacia la iglesia del brazo de su padrino mientras se desvelaban todos los detalles de su vestido. Se trata de una pieza propia de un cuento de hadas confeccionada en crepe de seda con diseño de romántico escote bardot, cuerpo ceñido y amplio faldón con bordados de flores en tonos blancos y crudos. Pero hay otro dato aún mas sorprendente que ha convertido este acontecimiento en un enlace muy singular: han elegido como dama de honor a la que fue primera mujer del contrayente, Lilly zu Sayn-Wittgenstein, con la que tiene un hijo de 27 años llamado Heinrich Donatus, heredero de la dinastía. También tiene dos hijas, Federica y Filomena, fruto de su relación con Nadja Anna Zsoeks, de la que se divorció en 2018.
Tal y como ha explicado en Gala, la Princesa mantiene una "profunda amistad" con su ex. Reconoce que su relación ha pasado por altibajos tras su ruptura pero que Heinrich Donatus ha sido siempre la prioridad de ambos y el tiempo ha dado pie a la conexión que mantienen actualmente. Asegura que para ella el mejor regalo es saber que el padre de su hijo está bien porque es un gran pilar en su vida y le ha tendido la mano en momentos complicados. Además considera a la pareja de este como una hermana y la define como una persona generosa. También estuvo presente en su enlace civil, en el que no pudo evitar llorar de emoción, y recuerda que en cuanto conoció a Navabi supo que era la persona adecuada para el Príncipe.
Tal es la buena sintonía que tienen que viven los tres bajo el mismo techo, donde les acompaña también Lana, hija de Lilly zu Sayn-Wittgenstein y el diseñador italiano Lambros Milona. Comparten todos juntos rutinas del día a día en las estancias de Schloss Bückeburg, el impresionante castillo que pertenece a Alejandro de Schaumburg-Lippe y se ubica a unos 80 kilómetros al oeste de Hannover. El Príncipe es jefe de la Casa de Schaumburg-Lippe, un antiguo principado soberano que se extinguió con la caída del Imperio alemán. El título nobiliario lo heredó aunque era segundo en la línea sucesoria porque en 1983 su hermano mayor, Jorge Guillermo, fallecía en un accidente. Actualmente se encarga de administrar el gran patrimonio de su familia, incluido el citado palacio que está abierto al público y es un importante atractivo turístico en la zona.
Una celebración de varios días
El príncipe de Schaumburg-Lippe y su mujer han querido celebrar su enlace e incluir más días de celebraciones para poder disfrutar al lado de todos los invitados, entre los que se encuentran diferentes miembros de la realeza europea. El viernes organizaron una cena en la que el dress code marcaba chaqueta para los hombres y vestido de cóctel para las mujeres. Este sábado, la jornada más importante, hay dos fiestas. Por un lado un almuerzo que exige pamelas y tocados mientras que por la noche el castillo de Bückeburg se vestirá de gala. Los caballeros deberán vestir de frac y lucir sus condecoraciones, y las damas, traje largo y tiara.