La corte imperial de Japón sigue protagonizando titulares. Si la semana pasada fueron las posibles medidas del Gobierno (no exentas de polémica) para solucionar la crisis sucesoria las que acapararon la atención, en esta ocasión la boda de la princesa Mako vuelve a ponerse en primera línea de actualidad. Tal y como se ha informado, la sobrina del emperador Naruhito y su prometido Kei Komuro tiene previsto casarse antes de finales de este año, un enlace que ha estado en el centro de la controversia desde que se conocieron los problemas económicos de la familia del novio (esto provocó su aplazamiento en 2018). Sobre esta unión se ha pronunciado la princesa Kiko, madre de Mako, con motivo de su 55 cumpleaños. A través de diversas preguntas que se le plantearon desde la Agencia de prensa de la Casa Imperial, aseguró que respeta la decisión que ha tomado su hija, aunque haya aspectos en los que no está de acuerdo con ella.
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'Todavía planean casarse', Mako de Japón no pierde la esperanza
El Gobierno de Japón rechaza incluir a las mujeres en la línea de sucesión al trono
"Aunque hay aspectos con los que puedo estar de acuerdo, hay otras áreas en las que nuestras opiniones difieren (...) Me gustaría respetar los sentimientos de mi hija mayor tanto como sea posible. Como madre, estoy teniendo muchas conversaciones con mi hija para aceptar sus sentimientos y opiniones" apunta, sin detallar los temas a los que se refiere. Habla además sobre una hipotética futura boda de su hija mediana Kako, que tiene 26 años. "Me gustaría escuchar sus opiniones con antelación" aseguró. Se refirió además a su hijo menor Hisahito, de 15 años y heredero del trono del Crisantemo tras su padre Akishino, que finaliza su etapa escolar en primavera. Asegura que han valorado las opciones que tiene para comenzar el instituto y afirma que quiere que esté contento una vez que elija el centro. Sobre la proclamación de su marido como heredero el pasado noviembre, aseguró: “Le apoyo todo lo que puedo, quiero cumplir con cada tarea con más seriedad”.
Una boda controvertida
La princesa Mako, que está a punto de cumplir 30 años, anunciaba en 2017 su boda con Kei Komuro, una celebración con la que pretendía poner el broche de oro a una historia de amor que comenzó durante la etapa universitaria. Salieron entonces a la luz los problemas económicos de la madre del novio, pues su expareja afirmaba que esta le debía más de 4 millones de yenes (aproximadamente 31.000 euros). Komuro se ofreció a saldar la deuda, pero el escándalo provocó que abandonara el país para estudiar en Nueva York. El príncipe Akishino, heredero al Trono, dio su aprobación en 2020 a la boda de su hija, poniendo como condición que tenía que solucionar esta cuestión, algo por lo que fue muy cuestionado. “Nunca ha habido ataques tan virulentos contra miembros de la Familia Imperial. Pensábamos que la familia había hecho una transición sin problemas a la nueva era (que comenzó con la llegada de Naruhito al trono), y no esperábamos que el asunto del matrimonio alcanzara esta dimensión. Ahora la familia del heredero está siendo cuestionada”, afirmaba un representante de la Agencia de la Casa Imperial.
No se espera que la boda de Mako se lleve a cabo siguiendo los rituales tradicionales de la cultura nipona. Parece que no se celebrará el Nosai no Gi -ceremonia de compromiso oficial en la que los allegados de los novios intercambian obsequios- ni tampoco el Kokki no Gi -jornada en la que se anuncia la fecha oficial del "sí, quiero" y los contrayentes se reúnen con el emperador y la emperatriz-. Además la sobrina del actual emperador podría renunciar a su dote de 150 millones de yenes, aproximadamente 1,15 millones de euros, y mudarse a Estados Unidos, concretamente a la Gran Manzana. Según la prensa nipona, Komuro ha terminado la carrera de Derecho en la Universidad de Fordham de Nueva York y podría empezar a trabajar en un bufete de abogados al igual que hizo en Tokio anteriormente, cuando ejerció de asistente legal. Mako hizo un máster sobre arte y museos en la Universidad de Leicester.
Según informa la agencia Kyodo, el Gobierno está planteando además que las mujeres de la Familia Imperial que contraigan matrimonio con un plebeyo mantengan su posición dentro de la familia para que sus hijos entren en la línea sucesoria, algo que no ocurre desde 1947. Si esto se aprobara, Mako no perdería su título de princesa ni las funciones de representación al contraer matrimonio con un hombre que no pertenece a la familia imperial. Pese a las críticas, la polémica y la distancia física que les separa (en estos últimos meses de pandemia ha sido más complicada de salvar), Mako tiene claro que Komuro es el amor de su vida, como ha asegurado en alguna ocasión.