Charlene de Mónaco lleva ya casi cuatro meses ‘varada’ en Sudáfrica debido a una grave infección de oído, nariz y garganta. La princesa viajó en el mes de mayo a su país natal, para promover el fin de la caza furtiva de rinocerontes, y allí contrajo esta enfermedad, que no le permite coger un avión y regresar al principado. El pasado viernes, la mujer de Alberto de Mónaco fue sometida a una operación de cuatro horas, bajo anestesia general, con la finalidad de intentar poner fin a esta dolencia. Es la segunda vez que tiene que pasar por quirófano por esta infección persistente.
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La oficina del príncipe Alberto no ofreció más detalles sobre el lugar, la hora y la naturaleza de la intervención quirúrgica. Sin embargo, pocas horas después de la operación, Palacio emitió otro nuevo comunicado informando que el procedimiento había sido exitoso y que Charlene se encuentra bien: “La operación ha salido bien. La princesa está descansando y nuestros pensamientos están con ella”, informaron.
Además, Palacio reveló que Charlene contará con el apoyo de su familia en el posoperatorio: “El príncipe Alberto y sus hijos, el príncipe heredero Jacques y la princesa Gabriella, se unirán a ella durante su período de recuperación”. Sin duda, una gran alegría para la princesa, quien ha reconocido que, aunque la comunicación con ellos es constante y hablan por teléfono y hacen videollamadas, echa mucho de menos a su marido y a sus niños.
El origen de la dolencia de la princesa fue una intervención bucal en la que le elevaron el seno maxilar, un procedimiento habitual para la colocación de un implante. Tras esto viajó a Sudáfrica, donde iba a quedarse durante doce días, y fue allí donde comenzó a sufrir un fortísimo dolor de oídos que, desde entonces, le impide coger, por el momento, un vuelo de regreso a Mónaco. Charlene cree que podrá volver a casa en el mes de octubre.