Con solo veintitrés años, Boris Sajonia-Coburgo-Gotha acaba de exponer, por primera vez, sus esculturas en París. El hijo mayor del recordado príncipe Kardam de Bulgaria y de Miriam de Ungría estudió Bellas Artes y Escultura en la prestigiosa Universidad de las Artes de Londres (UAL) y, hace unas semanas, presentó su obra en la capital francesa. Compartió la muestra, llamada A Trilateral Game (Un juego trilateral), con dos amigas artistas y compañeras de estudios: Antoinette Bizouard de Montille, organizadora y estudiante de Arquitectura en París, y Elise de Falletans, que exhibió una serie de vídeos. Los tres presentaron las obras que realizaron en los meses de pandemia y confinamiento. Todas ellas tienen un aspecto interactivo y unos cimientos “en la rutina, la memoria y el equilibrio”.
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“Gracias a la iniciativa de Antoinette, empezamos a planificar esta exposición en agosto de 2020, para exponer en noviembre del año pasado. Pero, debido a la pandemia, la tuvimos que posponer varias veces. Esta muestra es una recolección de todas mis obras creadas durante el último año y que, debido al confinamiento, solo se han podido ver en mis redes sociales (@boris.saxe, @lebis_exhibition). Esta es la primera exposición al público que hago”, explica Boris a ¡HOLA!.
La prensa lo ha apodado como ‘el príncipe escultor’. Sus obras, coloridas y cinéticas, están inspiradas en artistas como Vasili Kandinsky, Joan Miró y Donald Judd, y están realizadas en metacrilato y acrílico, dos materiales que han sido poco explorados en la escultura. También ha trabajado con metal, cemento y madera.
“Utilizo el plástico en mis obras para cuestionar nuestra perspectiva sobre este material y cómo afecta al medio ambiente. El plástico se ha convertido en un recurso extremadamente dispensable y problemático para el medio ambiente. No lo vemos como un material de valor que podamos apreciar durante décadas o siglos. Yo estoy intentando cambiar esa mentalidad. Quiero introducir el acrílico como una nueva rama en la escultura”, anuncia el artista.
—Boris, ¿cuándo descubriste que querías ser artista?
—Desde pequeño he sido una persona curiosa. Siempre me ha interesado entender cómo y por qué funcionan las cosas. Mi enfoque al arte es una mezcla de curiosidad y creatividad. Por eso decidí indagar en las ramas creativas.
—¿Cuál es tu primer recuerdo sobre el arte?
—Mi primer recuerdo es ir a museos con mis padres cuando éramos pequeños. Siempre he estado rodeado de arte y cultura. Me parecía fascinante la manera en la que distintas personas percibían el mundo. Recuerdo las clases de arte en el colegio y saber que quería perseguir esa disciplina.
—Y decidiste hacerlo en Londres, ¿por qué?
—Habiendo estudiado la mayoría del colegio en España, a excepción de mi bachillerato en Austria, me interesaba estudiar en otro país. También conocía a mucha gente que estudiaba en UAL, Universidad en la que me gradué, y hablaban muy bien de ella. Su reputación es internacional y su estilo de educación me atrajo para perseguir mi pasión. Me gusta salir de mi zona de confort.
—¿De dónde te viene la vena artística?
—Creo que vino de ambas partes de la familia. Mi madre nos inculcó el arte desde pequeños y ver su trabajo día a día tuvo influencia en mi desarrollo. Por otro lado, mi padre, a pesar de haber estudiado algo completamente distinto, también era extremadamente creativo.
—¿Echas de menos España?
—Sí, España siempre tendrá un lugar especial. Intento ir como mínimo una vez al año para acudir a ferias de arte y ver a familiares y amigos. Viví y estudié en España hasta que cumplí los dieciséis años, así que llevo desde dos mil trece sin vivir “permanentemente” allí. Echo de menos a la gente. España tiene una cultura cálida y amigable. La gente es abierta y dispuesta a ayudar. Somos un país donde nos ayudamos unos a otros. La cultura y el arte también son imbatibles.
—¿En algún momento te gustaría volver?
—Espero volver en algún momento. No sabría decir cuándo. Ahora mismo, con mis esculturas y proyectos, Londres es el lugar para mí.
—Además del arte, ¿qué otras inquietudes tienes?
—Soy, como dije antes, una persona muy curiosa. Me interesa todo. Si no sé algo, siempre busco la respuesta al problema. Me frustra mucho la frase «no lo sé». Me gusta conocer a gente y siempre tener algo de lo que hablar: arte, ingeniería, ciencias, música, psicología, política... Me gusta mucho la tecnología, el diseño y la ingeniería, la telefonía y la fotografía. Recientemente, me he interesado en la producción de ópalos y el mundo del motor, específicamente, en la Fórmula 1 y la Fórmula E. Cada mes me interesa una cosa distinta y rara vez tiene algo que ver con el previo interés.
—En España te han bautizado como ‘el príncipe escultor’. ¿Qué significa para ti ser príncipe?
—Significa tener responsabilidad. Es un privilegio e intento utilizarlo lo mejor posible como plataforma para hablar de proyectos solidarios y fundaciones que hacen tanto por la sociedad, como la campaña para el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido o, en noviembre del año pasado, para Movember. En redes sociales, intento compartir el trabajo de otros artistas talentosos y que creo que merecen reconocimiento.