El periodista Matías Vallés definió el verano en Mallorca del siguiente modo: “Es cuando ves pasar a una Reina y ya no sabes si girarte”. Efectivamente, durante estos días, la más grande de las Islas Baleares suele albergar más miembros de la realeza internacional que cualquier palacio europeo. La última semana de julio se espera la asistencia de los Reyes Felipe y Letizia junto a sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. El monarca participará en la Copa del Rey de vela tras la cancelación del año pasado a causa del coronavirus. Este bello rincón del Mediterráneo también acogió a la infanta Pilar hasta su muerte. La hermana del rey Juan Carlos disfrutaba a menudo de su magnífica residencia en la urbanización Sol de Mallorca, en la zona de Calviá, un conjunto residencial donde su vecina era su buena amiga, la coleccionista Mayte Spínola. Ahora son sus hijos, los hermanos Gómez-Acebo, los que aprovechan la residencia. Pero los miembros de la familia Borbón no son los únicos que se refugian en Mallorca para relajarse durante los días de asueto.
Birgitta de Suecia, hermana del rey Carlos Gustavo de Suecia, es otra de las vecinas ilustres. La princesa pasa cerca de diez meses al año en su casa mallorquina, ubicada en una lujosa urbanización junto al Golf Santa Ponsa II, también en el municipio de Calviá. La tía de la heredera Victoria de Suecia se enamoró de este lugar cuando visitó la isla por primera vez hace 40 años gracias a una amiga suya de la infancia. Durante este tiempo, la hermana del rey sueco se ha adaptado perfectamente a la vida social balear: da incluso nombre al Torneo de Golf Princesa Birgitta en Santa Ponça, una de sus grandes pasiones. En algunas entrevistas, Birgitta se ha quejado de que su hermano, el rey, está muy ocupado y la visita menos de lo que le gustaría. Carlos Gustavo de Suecia suele salir a navegar cuando se desplaza hasta Mallorca.
La princesa Diana de Francia disfruta cada verano de Mallorca en su residencia Flor de Lys, ubicada en el término municipal de Esporles, en el campo mallorquín. Diana es hija de Henri de Orleans, conde de París y aspirante al trono de Francia ya fallecido, y esposa de Carlos, duque de Württemberg, jefe de la Casa de Württemberg que reinó en este estado localizado en el suroeste de la actual Alemania. A su vez, es prima del rey Juan Carlos. La residencia de Diana es una bella ‘possessió’ que fue propiedad del conocido naturalista local Pere Vicenç Trias, quien creó allí uno de los jardines más bellos de Europa. Diana, que viaja acompañada de su familia, es una enamorada de la pintura y escultura, actividades que practica durante sus veranos mallorquines. En Flor de Lys se refugió tras la muerte en 2018 de su hijo, Friedrich de Württemberg, a consecuencia de un accidente de tráfico.
Henri de Orleans, hermano de Diana, también pasó parte de los últimos años de su vida en una residencia en el campo de Pollensa, en Mallorca. El príncipe francés, pretendiente al igual que su padre del trono del país galo con el nombre de Enrique VII, reformó una antigua casa de aperos que encontró con su segunda esposa, la chilena Micaela Cousiño, nieta del embajador José María Quiñones de León, mano derecha del rey Alfonso XIII durante su exilio. Hasta su muerte en 2019, allí pintó alguna de sus acuarelas, escribió artículos y, por supuesto, recibió a la alta sociedad internacional que también veraneaba en Mallorca, como Liliane Bettencourt, la propietaria de L‘Oréal, que tenía una de las casas más bellas de la isla, en el cabo de Formentor.
La princesa Tatiana Radziwill es, como ya comentamos hace unos días, otra de las invitadas habituales al palacio de Marivent. Amiga íntima y prima segunda de la reina, viaja cada año hasta Mallorca junto a su marido, el prestigioso cardiólogo Jean Henri Fruchaud. La reina Sofía y Tatiana son íntimas amigas desde que siendo niñas ambas coincidieron en el exilio. Nacida en la localidad francesa de Ruan, Tatiana emigró siendo pequeña a Sudáfrica, donde sus padres, Dominik Radziwill, un príncipe polaco, y su madre, la princesa Eugenia de Grecia, emigraron tras la invasión nazi. Curiosamente, ese fue el destino elegido también por los reyes Pablo y Federica de Grecia, padres de Doña Sofía. Tras la guerra, los monarcas helenos se ocuparon de Tatiana y de su hermano Jorge, quienes, tras la separación de sus padres, volvieron a Grecia bajo el cuidado de sus abuelos, primos del rey. Tatiana ha acompañado a la reina Sofía en los momentos más importantes de su vida. Una amistad que ha continuado en los veranos mallorquines.
Kyril de Bulgaria, príncipe de Preslav, viaja cada año desde Londres, donde reside durante todo el año, hasta Mallorca buscando paz y buen clima. El hijo del rey Simeón tiene una bonita casa encalada en blanco situada en Esporles, en el campo de la isla, donde suele disfrutar del verano con su pareja, la empresaria británica Katharine Butler, y sus tres hijos. Kyril es un embajador de Mallorca y gracias a él han visitado este lugar otros príncipes de la realeza europea, como Hakoon y Mette-Marit de Noruega, o Victoria de Suecia. De hecho, en 1989, el financiero se casó en Mallorca con su primera esposa, la asesora de arte Rosario Nadal. La boda fue celebrada en el Palacio de la Almudaina y entre los asistentes se encontraban el hoy rey Mohamed V de Marruecos o Víctor Manuel de Saboya. El rey Felipe y la princesa Alexia de Grecia firmaron como testigos.
La princesa Bettina Wittgenstein vive en invierno en Hamburgo (Alemania), pero siempre que puede coge un avión y se escapa hasta su residencia de Santa María del Camí, un municipio situado a los pies de la Sierra de Tramuntana. Allí posee una espectacular casa decorada con algunas antigüedades y piezas de colección. La construyó tras comprar un terreno en esta zona de la isla, que conoció tras visitar a unos amigos. Bettina se casó en 1984 con Johannes Carl Franz August Prinz zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg, príncipe de la conocida y centenaria dinastía alemana. Bettina es jefa internacional de Comunicación Corporativa de Engel & Völkers.
Anna de Auersperg es hija del príncipe Franz Prinz von Auersperg, miembro de una de las familias más antiguas y nobles de Austria. La princesa pasa mucho tiempo en la espectacular casa que sus padres poseen al noroeste de Mallorca. Una bella residencia repleta de antigüedades e instrumentos musicales que en su día fue casa de verano del obispo de la isla. Anna, a pesar de ser princesa, se dedica a algo más práctico: es actriz y ha participado en varias producciones.