Estaba llamado a seguir la estela familiar y convertirse en un ingeniero de éxito. Sin embargo, el destino, caprichoso, tenía otros planes para Jean-Daniel Lorieux: una carrera muy alejada de aquellos trenes que sus padres se encargaron de llevar por diversos rincones del mundo.
Él también viajaría alrededor del globo, pero lo haría cámara en mano y con el propósito de capturar toda esa belleza que contemplaba a su alrededor en imágenes. El fotógrafo francés puede presumir de una larga trayectoria, cinco décadas en las que ha trabajado para importantes cabeceras de moda e inmortalizado a personajes tan dispares como su amigo Jacques Chirac (el fallecido expresidente de Francia) o la actriz Brooke Shields. Algunas de esas instantáneas han sido recogidas en una exposición, Azul, Azul, organizada por Fearless Magazine, que puede visitarse hasta finales del mes de julio en el espacio Gandía Blasco Group de la capital. Otras, más desconocidas, esperan ser descubiertas por el gran público, como es el caso de Tras los pasos de Diana . Una fotografía que, como bien desvela su propio nombre, tiene como protagonista a la inolvidable princesa Diana de Gales, y tras ella se esconde una apasionante historia que el artista nos ha revelado, además de otros secretos de su impecable trayectoria.
De primera línea de batalla a las portadas de moda
Jean-Daniel Lorieux nos explica que viene de una “familia de ingenieros mecánicos que, durante un siglo, se dedicó a construir trenes en Rusia, África…”. Es bisnieto de Théodore-Marie Lorieux, vicepresidente del Consejo General de Puentes y Carreteras en Francia, así que estaba prácticamente ‘obligado’ a seguir ese camino ya marcado por anteriores generaciones. Él tenía claro que “no quería seguir esa vida” cuando, de repente, estalló la Guerra de Independencia de Argelia (1954-1962). Entonces fue llamado a filas y “cumplir con su deber” supuso un giro radical en su vida.
“Por casualidad, me pidieron que filmase y fotografiase lo que pasaba en aquella guerra. Yo pertenecía a un grupo formado por otros doce hombres. Cada vez que pasaba algo, teníamos que llegar y hacer fotografías. Ocho personas de mi equipo murieron, por lo que tuve una gran suerte”, detalla.
Aunque hizo historia en la fotografía de moda, en realidad, Jean-Daniel Lorieux comenzó su carrera como fotógrafo de guerra
Las secuelas de lo vivido afloraron al regresar a su país natal. “Durante dos años estuve deprimido. Me di cuenta de que no quería seguir ese camino marcado por mis padres y me pregunté por qué no dedicarme a la fotografía”, nos confiesa.
“Poco a poco” fue consiguiendo su objetivo en una época, los años sesenta, marcada por el movimiento hippie, y, en Italia, “la dolce vita”. Tras numerosas y duras contiendas, la sociedad clamaba por un mundo de paz, despreocupación… y él decidió estar ahí para reflejarlo. Su talento tras la cámara le llevó a trabajar con dos grandes revistas de moda, Vogue y L’Officiel, y los personajes más cotizados del momento, como el actor italiano Marcello Mastroianni. Después, llegarían políticos, modelos… e incluso primeras damas de Francia: fue artífice de algunas de las imágenes más icónicas de Carla Bruni, esposa del expresidente francés Nicolas Sarkozy, abrazada a su guitarra. “Es muy buena amiga mía. La verdad es que su posición fue complicada. No es sencillo estar casada con un Presidente de la República Francesa”.
Tras los pasos de Diana
Jean-Daniel Lorieux asume con naturalidad el haber retratado a algunas de las personalidades más importantes del pasado siglo y del actual. “Me sentía como en un círculo de amigos”, asiente con su marcado acento francés.
Entre todas las fotografías que se exhiben en Azul, Azul hay una que llama inevitablemente la atención. Lleva el título de Tras los pasos de Diana, y en ella aparecen las huellas de unos pies mojados que han salido de una piscina de agua cristalina. Al fondo, se divisa el mar, precedido por unas exóticas palmeras.
El fotógrafo nos confirma que, en efecto, el nombre de Diana responde el de Diana de Gales. “Fue en las Bahamas. Unos diseñadores italianos tenían un hotel muy bonito y exclusivo allí, donde yo iba mucho. Cuando llegué en abril de 1997, me comentaron que la princesa había ido hasta allí con sus hijos, por lo que decidieron cerrar todo el complejo (compuesto apenas por unos 20 bungalós). Me dijo que le gustaría que conociese a Diana y la fotografiase”, detalla.
Diana de Gales se encontraba allí con sus hijos, los príncipes Guillermo y Harry. “Estaba muy feliz, disfrutando con ellos… En el momento de tomar las fotografías, se me pidió que una fuese parecida a la que Marilyn Monroe tiene en una piscina. Opté por hacer una foto elegante, en la que ella saliese del agua, pero, como teníamos maquillador ni ninguna persona para preparar el diseño, volvimos al hotel… Y fue entonces cuando me quedé con esa foto de sus pasos”.
Unos meses más tarde, el 31 de agosto, Lady Di moría en un fatídico accidente de coche, en París. Un suceso que conmocionó al mundo. Recordándolo, Jean-Daniel Lorieux nos desvela que no ha guardado ninguna de las imágenes que sacó a Diana. “Todas esas fotos se las he dado a sus hijos, les pertenecen”, recalca.
“Ella me pareció una persona muy deportista, alegre con sus hijos… Era increíble y muy simpática. La imagen que guardo de ella es la misma que tiene el mundo, la de una persona maravillosa”, concluye. No sería la única royal con la que trabajaría. También lo haría a las ‘órdenes’ de Estefanía de Mónaco , “produje su videoclip Ouragan”, uno de los éxitos de la princesa más recordados en el país vecino.
Andy Warhol, su inspiración
Su profesión también le llevó a codearse con Andy Warhol , artista que, reconoce, le inspiró mucho a la hora de hacer sus fotografías. Le conoció durante una campaña publicitaria con la compañía de cigarrillos Philip Morris. “El director artístico de Vogue me dijo que podíamos dar las fotos que habíamos hecho a Andy Warhol, y éste las utilizó para pintar el anuncio final. Fue como una colaboración, y así fue cómo me fui hasta Nueva York y me adentré en ‘La Factoría’”.
En la Gran Manzana pudo contemplar, en primera persona, todas las obras de Warhol. “Me dio ‘envidia’ pintar como él, pero me sirvió muchísimo de inspiración, y su huella intenté plasmarla en retratos como el de Jacques Chirac, Stephanie Seymour…” o los pasos de Diana, que aparecen en varias tonalidades.
La pasión de Jean-Daniel Lorieux por la naturaleza
“No hay nadie que haya querido fotografiar y que me haya quedado con las ganas de hacerlo. Lo cierto es que nunca he soñado con fotografiar a alguien. Si una persona famosa me pregunta, está bien, pero si no es conocida, también. Intento hacer mi trabajo lo mejor posible y no siempre es un éxito. Sale del corazón. De hecho, en gran parte de mi trabajo, sólo se ven las siluetas y no los rostros del personaje”, apostilla Jean-Daniel. Y razón no le falta. Basta con echar un vistazo a sus imágenes para darse cuenta de que la naturaleza juega un papel fundamental en su fotografía.
Los escenarios son paradisíacos, de arenas blancas y aguas cristalinas. “Es muy importante para mí enseñar la naturaleza, el sol, el cielo, el mar… para escaparme de la vida. Siempre he perseguido un sueño de belleza para evadirme de la realidad a través de mis fotografías”.
Una conexión con el entorno que también ha hecho que Jean-Daniel esté muy concienciado con algunos de los problemas más acuciantes del medio ambiente. “En mi tiempo, a nadie le preocupaba proteger a los animales, al entorno... Ahora me alegra ver una generación diferente. Yo, por mi parte, procuro no comer mucha carne. Tenemos que proteger el mundo y concienciarnos para consumir menos plástico”.