Después de muchos meses, la princesa Victoria y su familia ya pueden hacer planes para volver a la Isla de Öland. El paraíso al que siempre ha estado ligada y donde celebra su cumpleaños cada 14 de julio, desde 1978.
La heredera al trono pasaba todos los veranos en el palacete de Solliden, la residencia de la Familia Real desde 1906, pero con la llegada de los nietos -los reyes tienen ocho en total-, empezó a escasear el espacio y la Princesa decidió, en 2013, construir su propia casa en los mismos terrenos de la finca real. Aislada, pero al mismo tiempo, cerca de sus padres, los reyes, Carlos Gustavo y Silvia.
Un total de 328 metros cuadrados, con grandes salones y muchas paredes de cristal
Villa Skönvik fue proyectada por la arquitecta Cecilia Margen Wigow, especializada en viviendas vacacionales, y construida en forma de “H” por artesanos de la isla con materiales de la zona.
Son varias cabañas de madera (attefallshus) unidas que suman un total de 328 metros cuadrados, con grandes salones con tres chimeneas, y muchas paredes de cristal con vistas al bosque, a las lagunas, al mar Báltico y a la piscina, que construyeron tiempo después de acabar la vivienda.
“Es una casa bien pensada que tiene todo lo que se puede exigir, empezando por el espacio que es extremadamente funcional”, dijo la reina Silvia sobre Villa Skönvik al Periódico Expressen.
A medida que se acerca el cumpleaños de Victoria los planes de verano van tomando cada vez más forma. Así ha sido desde siempre y la pandemia también dará seguramente un respiro a la Familia Real para que empiece sus vacaciones a principios de julio.
El viaje de regreso de la princesa Magdalena con su familia está cada vez más cerca.
Todos anhelan un verano clásico en Solliden. Especialmente la princesa Magdalena, quien no ha pisado suelo sueco desde el invierno de 2019. “Los niños preguntan casi todos los días: ‘¿Cuándo podemos ir a Suecia?’”, dijo la hija menor de los reyes antes de Navidad en un documental de SVT… Y, ahora que tanto ella como su marido, Chris O‘Neill, ya están vacunados, el viaje de regreso con sus tres hijos está cada vez más cerca.
Leonore, de siete años; Nicolás, de cinco y Adriana, que cumplió tres en marzo, ya tienen casi listas las maletas. Y si todo sale bien, en unas semanas viajarán desde Miami para reunirse con sus abuelos, tíos y primos.
Será un verano especial para todos. Los reyes han estado muchos meses confinados y los hijos de Victoria y Daniel, la princesa Estelle, de nueve años, y el príncipe Oscar, de cinco, tampoco han podido hacer planes con los hijos mayores de los príncipes Carlos Felipe y Sofía. El matrimonio reside en Villa Solbacken (Estocolmo) con los príncipes Alexander, de cinco años; Gabriel de casi cuatro; y Julian -nació en plena pandemia, el 26 de marzo de 2021-, pero la crisis sanitaria también los ha mantenido aislados.
Vecina de sus hermanos, Carlos Felipe y Magdalena
Villa Skönvik está tan solo a 300 metros de Kalmarsund, edificio Cavalier o “casa secreta”, como también es conocida la otra residencia real que comparten los príncipes Carlos Felipe y Sofía con la princesa Magdalena y Cris O´Neill y sus hijos. Un edificio ubicado junto al huerto real con más de más de 500 metros cuadrados, que mandó construir la reina Victoria, en 1902, y que también está a pie de los bosques y del muelle.
A través de las correrías de sus hijos, Victoria, Carlos Felipe y Magdalena podrán volver a rescatar recuerdos y revivir experiencias. Aunque los tiempos han cambiado mucho, el verano volverá a transcurrir de una manera muy parecida. Mucho tiempo en familia, salidas al mar con el Rey en el barco para poner las redes, visitas a los animales -desde caballos a gallinas-, carreras y juegos en el bosque y en la finca salpicada de jardines, huertos, invernaderos; paseos en bote y natación en el muelle.
Una cabaña de madera en la finca de la familia Westling, en un bosque de Acktjära
Los príncipes Victoria y Daniel viven durante todo el año en el Palacio de Haga, a las afueras de Estocolmo a orillas de la bahía Brunnsviken y el impresionante Parque de estilo inglés de Haga (Solna). Se trasladaron a esta mansión, después de su boda (2010) y de las obras de restauración que sobrepasaron los cuatro millones y medio de euros.
La futura reina mantuvo en esta residencia la herencia Bernadotte, pero con un interior del siglo XXI, adaptado a la vida familiar e institucional. Sofás italianos y muebles modernos mezclados con espejos dorados, lámparas de cristal y antigüedades; y los retratos de sus antepasados conviviendo con fotografías y pintura contemporánea. Entre las imágenes, el palacio de Drottningholm en el que creció Victoria, y un atardecer en Ockelbo, el pueblo natal de Daniel. Un lugar muy especial para el matrimonio, donde cuentan, también, con una cabaña de madera en la finca de la familia Westling, rodeada por el bosque de Acktjära.