El archiduque Carlos de Habsburgo-Lorena y la baronesa Francesca Thyssen-Bornemisza protagonizaron la boda del año durante el gélido invierno austríaco de 1993. El novio era el nieto y heredero del último emperador de Austria y pretendiente al trono del desaparecido imperio Austrohúngaro; la novia, que iba vestida con un traje de Versace, era la hija del multimillonario barón Heinrich Thyssen . Esa fría mañana de febrero, los coches no pudieron circular por las calles del pueblecito de Mariazell y los gendarmes compararon la boda con la visita que hizo el Papa Juan Pablo II en 1983.
Una década y tres hijos después, la pareja se separó amistosamente, aunque siguió casada durante otros diecisiete años. Hace unos meses, el archiduque, jefe de la casa de Habsburgo-Lorena, hizo público su divorcio. “Sí, cuando nuestros tres hijos alcanzaron la mayoría de edad, Francesca y yo decidimos divorciarnos. Nunca antes habíamos hablado públicamente de esto”, confirmó a la prensa de su país. “Intentamos salvar la relación, porque en estos casos los niños son los que más sufren. El bienestar de nuestros hijos siempre ha sido lo más importante para nosotros”, añadió. Carlos y Francesca siguen siendo amigos. La última vez que se los fotografió juntos fue el verano pasado en la boda de su hija mayor, Eleonore , de veintisiete años, en Mónaco.
Carlos de Habsburgo-Lorena ha rehecho su vida con una atractiva y elegante aristócrata y heredera portuguesa
Ahora, a sus sesenta años, Carlos de Habsburgo-Lorena ha rehecho su vida con una atractiva y elegante aristócrata y heredera portuguesa, miembro de una de las familias más importantes de Oporto. Se trata de la condesa y empresaria Christian Nicolau de Almeida Reid, hija el empresario anglo-portugués Robin Reid y de la aristócrata lusa Elsa Andresen Nicolau de Almeida. Este jueves, la pareja asistió a su primer acto público en España: la presentación del libro Memorias de un periodista, de Ramón Pérez-Maura , en Madrid.
El archiduque de Austria y la condesa compartieron primera fila en los jardines de la Fundación Ortega-Marañón de la capital con los Reyes Simeón y Margarita de Bulgaria, los príncipes Kubrat y Carla de Bulgaria, el académico Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, y Soledad Luca de Tena. Entre los invitados a la presentación del libro de Pérez-Maura, en la que participaron el ex presidente colombiano Andrés Pastrana, Alberto Ruiz-Gallardón e Iñigo Méndez de Vigo, también se encontraban María Zurita; Adolfo Suárez Illana y su mujer, Isabel Flores ; Bieito Rubido, ex director del Diario ABC; y José Miguel Rodríguez-Sieiro, entre otros.
Días de vino y rosas
El archiduque tiene estrechos lazos con España y está emparentado con la Familia Real española (la Reina María Cristina, bisabuela de Don Juan Carlos, era Habsburgo-Lorena). Tras la caída del imperio Austrohúngaro y la muerte del emperador Carlos I de Austria, Alfonso XIII dio asilo a la abuela de Carlos, la emperatriz Zita. La viuda crio a sus ocho hijos, incluido a Otto de Habsburgo, padre del archiduque, en el palacio Uribarren de Lequeitio, en Vizcaya. La hija mayor de Carlos, Eleonore, es ahijada de la Infanta Pilar.
La novia de Carlos de Habsburgo, que quizá algún día sea archiduquesa, pertenece a una de las familias más distinguidas de Portugal, considerada parte de la ‘realeza’ de la viticultura ese país. Los antepasados paternos de Christian, de origen británico, se instalaron en Portugal en el siglo XIX. Su padre, Robin Reid, hizo por Oporto lo que Martin Bamford, de Chateau Loudenne, hizo por la región francesa de Bordeaux en la década de 1970: convertir la ciudad en un referente mundial en el negocio del vino. Reid también hizo mucho para atraer turistas a la zona y continuar con las tradiciones locales. Fue vicepresidente de la cámara de comercio anglo-portuguesa y recibió la Orden del Imperio Británico.
La novia de Carlos de Habsburgo, que quizá algún día sea archiduquesa, pertenece a una de las familias más distinguidas de Portugal, considerada parte de la ‘realeza’ de la viticultura ese país.
Carlos de Habsburgo y Christian comparten intereses y, además, el archiduque tiene una especial conexión con Portugal y con la vitivinicultura. Su abuelo, el emperador Carlos, murió en la isla de Madeira. Y su abuela, la emperatriz Zita, tenía importantes viñedos en el castillo de Schloss Johannisberg, en la región vinícola alemana de Rheingau. La emperatriz viuda consiguió mitigar sus apuros económicos gracias a esos negocios en el sector de la enología.
La familia Reid es muy querida y respetada en Oporto. Ayudaron a preservar el barco rabelo, la embarcación típica del Río Duero que tradicionalmente transportaba las barricas de vino. El padre de Christian rescató esa tradición e inició una regata en el Duero, que se celebra cada año en el día de San Juan, santo patrón de Oporto. Christian Reid, la novia del archiduque, incluso fue una conocida estrella pop en su juventud. En la década de 1980, ella y sus hermanas, Wendy y Joanna, formaron una banda que alcanzó la fama. Los portugueses las llamaban “las condesas cantantes”.