El pasado 12 de diciembre, en medio de uno de los momentos más difíciles de la pandemia y casi por sorpresa, el príncipe Philippos de Grecia y Nina Flohr se casaron en la elitista estación de esquí de Sankt Moritz, en el valle suizo de la Engadina. El hijo pequeño de los Reyes Constantino y Ana María y la heredera helvética se dieron el ‘sí, quiero’ en una sencilla ceremonia civil en un salón del Hotel Badrutt‘s Palace, con solo dos testigos: el padre del novio, que reinó en Grecia entre 1964 y 1973, y el padre de la novia, Thomas Flohr, fundador de la flota de jets privados más importante del mundo. La pareja invitó a sus familiares más cercanos, pero, debido a las restricciones sanitarias, no pudo contar con la compañía de sus amigos.
Casi seis meses después, Philippos y Nina han podido celebrar su boda con sus amistades más íntimas. La pareja aprovechó el fin de semana festivo en Inglaterra (Bank Holiday) para reunirse con sus amigos en una divertida “reboda” en la campiña inglesa. La it girl y diseñadora Alice Naylor-Leyland y su marido, el aristócrata Tom Naylor-Leyland, abrieron las puertas de su casa en Cambridgershire y organizaron un divertido fin de semana nupcial para los príncipes de Grecia.
Los Naylor-Leyland prepararon una “reboda” inolvidable para los recién casados, tres días de festejos. Entre los planes, hubo una cena de gala, un picnic al aire libre en el campo -con paseo en bote incluido-, y hasta un asado típico argentino de despedida. Para la cena de gala, Nina llevó un vestido de seda blanco de estilo años 30 y Philippos, un esmoquin clásico. Los príncipes cortaron la tarta nupcial que no tuvieron en su boda civil en Sankt Moritz, algo que hizo especial ilusión a la heredera suiza.
Nina es amiga de Alice y Tom Naylor-Leyland desde hace casi dos décadas y es madrina de bautizo de una de las hijas del matrimonio, la pequeña Nancy. Los Naylor-Leyland son una de las parejas de moda en Inglaterra: Nancy creció entre Suiza e Inglaterra, y Tom es hijo del aristócrata y terrateniente Sir Philip Naylor-Leyland. Algún día será el quinto barón Naylor-Leyland y heredará las fabulosas propiedades de su familia: Milton Hall, en Cambridgeshire, y Nantclwyd Hall, en Gales. Entre sus amigos figuran Poppy Delevingne, Olivia Palermo, Sabine Getty y la princesa Elisabeth von Thurn und Taxis.
Philippos y Nina todavía tienen que casarse por la iglesia. Tal como anunció la Oficina Privada del Rey Constantino en diciembre, los príncipes se casaron en una ceremonia civil privada con solo dos testigos, siguiendo las medidas sanitarias que regían en ese momento en Suiza, pero está pendiente su boda religiosa. “Más detalles serán anunciados a su debido tiempo”, comunicó el secretario privado el monarca heleno. Hasta el momento, no hay novedades.
Es muy probable que los príncipes de Grecia se casen en la iglesia de Agios Nikolaos, en el antiguo puerto de la isla de Spetses. Allí se casó el príncipe Nicolás, hermano de Philippos, con Tatiana Blatnik en 2010. Spetses es uno de los sitios preferidos de la Familia Real griega y está muy cerca de Porto Jeli, residencia oficial de los monarcas helenos. La fecha todavía es una icógnita. Este verano, Nina tiene mucho trabajo ya que está ultimando los detalles de la apertura de su primer hotel, Kisawa Sanctuary, un resort ecológico en la isla de Benguerra, en Mozambique. El proyecto promete convertirse en un ejemplo de turismo sostenible, ya que se tratará de un complejo de cabañas realizadas con materiales autóctonos.
En julio de 2018, ¡HOLA! desveló en exclusiva el noviazgo de Philippos y Nina. La pareja se comprometió en la isla de Ithaca, en el verano de 2020. Su boda ha escenificado la unión de dos dinastías, la de los reyes de Grecia y la de los reyes de la aviación privada. El príncipe, de treinta y cinco años, trabaja en el mundo de la banca y las finanzas, mientras que la nueva princesa de Grecia trabaja con su padre en VistaJet, un imperio de jets privados, y está a punto de debutar como empresaria de la hostelería de lujo.