“Los años más felices de mi vida”. Felipe VI se refirió así a su paso por la Universidad de Georgetown, donde vivió dos años e hizo un máster en Relaciones Internacionales. El Rey se lo confesó a Eusebio Mujal-León, profesor de Ciencias Políticas del centro, la universidad católica más antigua de Estados Unidos. Seguramente, no habría sido tan feliz allí de no haber contado con la compañía y complicidad de dos personas: su primo, Pablo de Grecia, y la novia del príncipe heleno, la heredera estadounidense Marie-Chantal Miller.
En 1993, Don Felipe se licenció en Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid y se convirtió en el primer heredero al trono de España con estudios universitarios. Ese mismo verano, inició en Georgetown el máster para extender sus conocimientos sobre política exterior y especializarse en el estudio de las relaciones con Iberoamérica y el mundo árabe. El Príncipe de Asturias alquiló un apartamento próximo a la universidad, que compartiría con su primo Pablo, hijo del Rey Constantino de Grecia, quien ya había estudiado antes en ese centro. Pablo fue quien le recomendó el curso en la Escuela de Relaciones Internacionales de Georgetown, la más grande del mundo en esa especialidad.
Durante dos años, Don Felipe gozó de cierto anonimato y libertad en ese idílico pueblo a orillas del río Potomac, que en realidad es un barrio histórico y residencial de Washington D.C. El Príncipe y su primo se repartían las labores domésticas -el Rey incluso solía cocinar paellas-, iban cada mañana a clase a pie, paseaban en bicicleta, tomaban alguna cerveza en la taberna J. Paul o hacían escapadas a la bahía de Chesapeake para navegar. Pablo y Marie-Chantal fueron quienes le presentaron a Gigi Howard, una bella modelo sureña, con la que Don Felipe inició una amistad.
Semana Santa en el Caribe
El hijo de Don Juan Carlos y Doña Sofía intentó pasar lo más desapercibido posible en aquella etapa y centrarse en sus estudios, pero su vida en Washington se convirtió en carne de paparazzi. Los fotógrafos incluso lo siguieron hasta una playa en el Caribe, donde pasó la Semana Santa de 1995 junto a Gigi Howard, Pablo y Marie-Chantal.
Tras aquellas vacaciones, Pablo dejó Georgetown y se instaló en Londres para preparar su boda con Marie-Chantal. Se casaron en el verano de 1995. Don Felipe actuó como padrino del novio y tuvo un papel central en la boda, celebrada en la Catedral Ortodoxa de Santa Sofía: intervino en el intercambio de anillos y sostuvo la corona sobre la cabeza de su primo.
Ese mismo año, el Príncipe de Asturias se graduó en Georgetown. El rector de la Universidad, el padre jesuita Leo O‘Donovan, dijo que abandonaba sus aulas un futuro rey “responsable, inteligente y modesto”. Su relación con Gigi Howard no prosperó, y Don Felipe se centró en sus deberes institucionales.
Regreso a Washington
Veinticinco años después, Pablo y Marie-Chantal de Grecia han regresado a Georgetown. El príncipe Constantino Alexios, el segundo hijo y el primer varón de la pareja, acaba de terminar sus estudios en la misma universidad donde Felipe VI se formó. Constantino, llamado familiarmente Tino como su abuelo, tiene veintidós años y es ahijado de Don Felipe.
El bautizo de Tino se celebró en la Catedral Ortodoxa de Santa Sofía de Londres, la misma donde se casaron sus padres, el 15 de abril de 1999. Como era el futuro heredero, tuvo siete padrinos: el entonces Príncipe de Asturias, el príncipe heredero Federico de Dinamarca, la princesa heredera Victoria de Suecia, el príncipe Guillermo de Cambridge, el príncipe Nicolás de Grecia, el príncipe Dimitri de Yugoslavia y la princesa Alexandra von Fürstenberg.
Ahora, el joven príncipe griego tendrá que decidir qué quiere hacer en el futuro. Le apasiona la fotografía, la escultura, la pintura y la música. La vena artística le viene de su madre, que fue becaria del artista pop Andy Warhol y es diseñadora de moda.
Pablo y Marie-Chantal han aprovechado la graduación de su hijo para recorrer con él las calles del barrio de Georgetown y recordar viejos tiempos. La legendaria taberna J. Paul, uno de los pubs de moda cuando ellos eran jóvenes, cerró en 2018. Y la pandemia golpeó fuerte los comercios tradicionales de la calle principal: desde los cafés de estudiantes hasta las tiendas de antigüedades y arte. Seguramente, en algún momento hayan recordado esos dos años que compartieron con Felipe VI, en los que el Rey fue un príncipe libre y feliz.