El 10 de mayo es una fecha marcada en rojo en el calendario de la Casa Gran Ducal de Luxemburgo puesto que es el día que nació el príncipe Charles, primogénito de Guillermo y Stéphanie de Luxemburgo. Han pasado ya doce meses desde aquel feliz día que los grandes duques herederos vieron por primera vez la carita de su hijo en la maternidad de la Gran Duquesa Carlota de Luxemburgo, a cuyas puertas lo presentaron emocionados escasas horas después. Desde entonces el pequeño se ha convertido en el gran protagonista de la familia y gracias a los numerosos actos a los que ha acudido con sus padres hemos visto todos los pasos de la evolución del niño, quien ha conquistado a todos con su espontaneidad, su constante sonrisa y su carácter tranquilo. Ahora que el nieto de María Teresa y Enrique de Luxemburgo cumple su primer añito han compartido cuatro nuevas instantáneas llenas de ternura.
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En la primera de ellas vemos a Jean Charles Philippe Joseph Marie Guillaume, como se llama en realidad (es tradición elegir un nombre compuesto y en este caso incluye un homenaje a su bisabuelo, el gran duque Juan, fallecido en abril de 2019), vestido con un peto azul y camiseta blanca con cuello de cuadros, mismo estampado que los puños. El Príncipe aparece gateando sobre la alfombra de lo que parece un salón y mirando a la cámara de manera pícara. Esta misma ubicación es la que han elegido para otra de las fotos, donde el segundo en la línea de sucesión aparece sentado, descalzo y muy emocionado rodeado de regalos con motivo de su primer cumpleaños. Aunque aún no es consciente de que es el protagonista de la jornada, no hay duda de que está muy feliz mientras se entretiene con los lazos dorados que adornan los paquetes puesto que no deja de sonreír, mostrando así sus primeros dientes.
La tercera instantánea, que parece tomada el mismo día que las anteriores y está marcada por el binito reflejo del sol entrando por las ventanas, nos permite ver una de las travesuras que comienza a hacer el príncipe Charles ahora que tiene un añito. El pequeño de la Casa Gran Ducal (tiene cuatro primos mayores: Gabriel, Noah, Amalia y Liam, los dos primeros de Luis y Tessy de Luxemburgo, que están separados, y los otros dos de Felix y Claire de Luxemburgo) está sentado muy tranquilo, pero por la mirada que dedica a la cámara parece querer jugar al escondite. No en vano, aparece junto a una mesa, camuflado entre varias sillas con tapicería naranja mientras una mujer, probablemente su madre, está sentada al lado.
Para la última imagen oficial con la que los grandes duques herederos celebran el primer año de vida de su hijo, han salido de su residencia oficial con la finalidad de disfrutar al aire libre. Así, el príncipe Charles, con vaqueros, zapatillas y un jersey claro, aparece en plena naturaleza sentado sobre una mantita blanca extendida en el césped y sentado junto a unas flores amarillas mientras mira muy atento a la cámara que capta esta inolvidable instantánea. Y es que estas cuatro fotos pasan automáticamente a formar parte del álbum personal del niño, que incluye también otros momentos importantes como su nacimiento, el primer acto oficial al que acudió o su bautismo, celebrado en septiembre en la Abadía de Clervaux, un precioso monasterio benedictino construido en el siglo XIX.
La emoción de la familia Gran Ducal
En estos últimos doce meses, la vida de Guillermo y Stéphanie ha cambiado por completo, su felicidad es plena y disfrutan cada instante de su niño. En una entrevista publicada en ¡HOLA!, los príncipes confesaban que dieron un grito de alegría cuando se enteraron que estaban esperando un bebé puesto que su deseo es formar una familia numerosa. "La espera de un hijo es siempre una alegría. Es hermoso, pues cada vez hay más personas que empiezan a hablarnos de su propia experiencia y nosotros descubrimos a muchas parejas que también han tenido que esperar mucho tiempo", decía el matrimonio, que se casó el 20 de octubre de 2012 en la Catedral de Nuestra Señora de Luxemburgo con una ceremonia a la que acudieron representantes de las Casas Reales de todo el mundo. También en las páginas de nuestra revista, la orgullosa abuela, María Teresa de Luxemburgo, comentaba que "este nacimiento es la vida, que se sobrepone en el contexto angustioso de una crisis sanitaria que golpea al mundo".