El pasado mes de octubre, Guillermo y Máxima de Holanda tuvieron que enviar un mensaje a los ciudadanos para pedirles perdón. La razón estribaba en lo "imprudente" que fue su viaje a Grecia pese a las restricciones sanitarias por el COVID-19. Y es que el coronavirus no entiende de sangre roja o azul. Todos, incluidas las Casas Reales del Viejo Continente, se han visto afectados por la pandemia mundial y, como los demás, han visto trastocados sus planes. Han tenido que cancelar actos, realizar otros haciéndose valer de las nuevas tecnologías, aislarse en una cuarentena si era necesario e incluso arremangarse para poner su granito de arena como voluntarios.
Por qué la Familia Real Española lleva mascarilla y otros miembros de la realeza europea, no
Las tradiciones están para romperlas
La Casa Real sueca fue la primera monarquía europea en tomar medidas por la crisis sanitaria. A principios del mes de marzo, la institución puso en marcha un protocolo para contener la infección, canceló una cena de gala y estudió al detalle los desplazamientos de sus royals para evaluar si era pertinente o no que se llevaran a cabo. El resto de palacios fueron detrás: Bélgica y Dinamarca suspendieron días después los viajes que tenían previstos para los Reyes y la princesa Mary, respectivamente y el colegio en el que estudiaba Estelle de Suecia cerró debido a un caso positivo.
Reino Unido recogió el testigo y en abril la reina Isabel II canceló uno de los eventos reales con más pompa y boato del país: el gran ceremonial de la Orden de la Jarretera. No fue el único, pues el tradicional desfile Trooping the colour tampoco llegó a celebrarse. La soberana se fijó en lo que ocurría en el resto del continente y recientemente diseñaba su plan -y el del resto de su familia- de cara a afrontar la segunda ola del virus, mientras el servicio religioso de Sandringham, una de las costumbres más arraigadas entre los Windsor, pende de un hilo.
¿Dónde se refugia la Familia Real británica durante el nuevo confinamiento?
Los festejos de Año Nuevo de la Casa Real danesa, que no se cancelaban desde el año 2005 -debido al tsunami que azotó el sudeste asiático- en esta ocasión tampoco se celebrarán. Y, en nuestro país, la princesa Leonor ha visto cómo los Premios Princesa de Girona, que iba a presidir por segundo año consecutivo, se han aplazado hasta 2021.
Los 'royals' se modernizan y se apuntan a las videollamadas
Guillermo y Máxima de Holanda fueron de los pocos Reyes que sí continuaron saliendo de palacio durante la época inicial. El resto tiró de nuevas tecnologías y, tras adaptar sus despachos a las circunstancias, recurrieron a los encuentros virtuales tanto para cumplir con la agenda oficial como para encontrarse con sus seres queridos o, incluso, con otros homólogos y enviarse sus mejores deseos a través de la Red de Redes.
Los espectaculares despachos desde donde teletrabajan Guillermo y Máxima de Holanda
Así, Isabel II participó en videollamadas con alguno de sus hijos y con su nuera, la condesa de Wessex. Los Grandes Duques de Luxemburgo vieron por primera vez la carita de su nieto, Charles -hijo de Guillermo y Stéphanie- mediante una pantalla, pudiendo conocerle por fin. La Familia Real sueca al completo se felicitó la Pascua en pleno confinamiento y protagonizando una divertida conexión en la que no faltaron los más pequeños de la casa. Victoria y Daniel de Suecia y Haakon y Mette Marit de Noruega realizaron una inédita quedada virtual de royals para suplir la visita oficial que tenían prevista y don Felipe y doña Letizia se sumaron al resto de miembros de la realeza europea en un emotivo vídeo con el que felicitaron a la reina Margarita de Dinamarca por su 80 cumpleaños.
Los reyes y príncipes más solidarios también echan una mano
Poco a poco, las familias reales comenzaron a recuperar la normalidad y a salir de palacio. Algunas de ellas decidieron que dada su situación podían poner más de su parte y, ni cortas ni perezosas, se lanzaron a la calle a colaborar con los más desfavorecidos. No solo reconociendo la labor de los profesionales que se habían dejado la piel en la época más dura del confinamiento -ya fuera con aplausos, llamadas de teléfono o incluso cacerola en mano desde el balcón-, sino trabajando codo con codo con ellos.
Así, Sarah Ferguson, Eugenia de York, Victoria de Suecia, Felipe y Matilde de Bélgica, Alberto de Mónaco y otros tantos visitaron varios de los centros que colaboran en la lucha contra la pandemia para interesarse por la situación y el día a día. Pero los príncipes y princesas más pequeños también han hecho lo que estaba en su mano. Los hijos de los reyes belgas, por ejemplo, elaboraron gofres y pasteles caseros para las personas de dos residencias de ancianos y se acercaron a llevárselos, además de hablar por teléfono con algunos de ellos a fin de animarles, mientras que Estelle y Oscar de Suecia nos enseñaron cómo mantener la higiene en casa.
Pero sin duda, una de las personas que ha puesto toda la carne en el asador en esta crisis ha sido Sofia de Suecia, que ha estado varios meses trabajando como voluntaria en un hospital en el que ha hecho de todo: desde desinfectar camas hasta limpiar, ayudar en la cocina, dar apoyo en tareas administrativas y aportar información tanto a pacientes como a familiares. Para ello tuvo que formarse en un curso.
Los mensajes tranquilizadores de la realeza europea durante la crisis del coronavirus
Vuelve la cuarentena
Pasado un tiempo, varios miembros de la realeza europea que habían tenido contacto con personas que habían dado positivo se vieron obligadas a aislarse, siguiendo con el protocolo establecido por las autoridades sanitarias. Era el caso de la princesa Leonor -por un compañero de clase-, del rey Felipe, de los reyes Harald y Sonia de Noruega -por un empleado de palacio- o de la Familia Real sueca.
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La 'nueva normalidad': costumbres distintas en actos muy diferentes
Los miembros de las Casas Reales que soplaban velas durante los meses de pandemia se vieron obligados a modificar sustancialmente los actos previstos para sus cumpleaños. Ya fuera el Día del Rey de Guillermo de los Países Bajos o la celebración de los 43 años de la heredera al trono sueco. Precisamente la familia de la princesa Victoria también vivió un Día Nacional de lo más atípico, con posados reales, sí, pero sin festejos multitudinarios ni visitas guiadas a palacio.
En nuestro país, los actos de una de las citas anuales por excelencia de los Reyes y sus hijas, los Premios Princesa de Asturias, también se llevaron a cabo de una forma muy distinta a la de ediciones anteriores. Lo mismo ocurrió con el Día del Armisticio en Reino Unido -en el que se conmemora el fin de la Primera Guerra Mundial- y con el Día Nacional de Mónaco, en el que se redujeron notablemente los aforos y la agenda por el COVID-19.