El centenario del santuario Meiji Jingu, en el corazón de Tokio, está siendo una cita imprescindible en la agenda de la Familia Imperial japonesa. Si la semana pasada fueron los emperadores Naruhito, Masako y la emérita Michiko los que cumplieron con la tradición de rendir tributo a los espíritus deificados del emperador Meiji y su mujer, la emperatriz Shöken, ahora son las nuevas generaciones las que llegan al templo sintoísta y lo hacen cumpliendo el estricto protocolo exigido para una ocasión que implica la máxima solemnidad.
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Las princesas Mako y Kako, sobrinas del Emperador e hijas del Príncipe Heredero, son las únicas de la nueva generación de la Familia Imperial que están en activo y tienen labores de representación. Hay que recordar que Mako ha estado de actualidad ya que tiene una boda planeada desde el año 2018 con su compañero de universidad y aunque ha sido varias veces aplazada no parece que renuncia a ella, ya que, a pesar de la polémica que generó la situación económica de la familia del novio, recientemente trascendió que los planes de matrimonio de la sobrina mayor del emperador siguen en pie.
Mako de Japón apostó por el blanco riguroso, que en Japón se considera el color de los dioses, pues se relaciona con la luz libre de impurezas, la eternidad, la limpieza y la inocencia, mientras su hermana Kako, llevo un vestido casi idéntico pero que tiraba ligeramente a azul. Los complementos también eran los mismos, de riguroso blanco de la cabeza a los pies y con perlas.
Las hermanas siguieron los pasos del sacerdote del templo que les guío en su camino para rendir tributo al que fuera el emperador 122º del orden tradicional de sucesión japonés y que ejerció desde febrero de 1867, hasta su muerte en 1912.
Mako, que cumplió los 29 años el pasado octubre, se licenció en Arte y Patrimonio cultural en la Universidad Cristiana Internacional de Tokio en el año 2014 y se marchó al Reino Unido para especializarse en Historia del Arte y Museos en las universidades de Leicester y Edimburgo. Kako, que tiene 25 años, siguió una formación académica parecida y también se trasladó al Reino Unido para formarse en artes escénicas en un programa de Bellas Artes, Historia del Arte y Estudios Culturales de la Universidad de Leeds, una estancia en Europa que completó con unas vacaciones entre España y Portugal antes de regresar a Japón, en donde comenzaría a ejercer de princesa.
La abdicación del abuelo de Mako y Kako, el emperador Akihito, que dejó el trono del Crisantemo en manos de su hijo mayor, el emperador Naruhito, ha coincidido con un tiempo de una crisis sin precedentes en el país. Los problemas generados por la COVID-19 han hecho que el comienzo del reinado de Naruhito se vea marcado por un tiempo de apariciones mínimas y de la máxima prudencia. Sin embargo, ya hay fecha para una de las celebraciones que quedó pospuesta debido a la pandemia, la del nombramiento del padre de Mako y Kako como heredero, que se celebrará este primer fin de semana de noviembre.
Mako y Kako son nietas y sobrinas de emperador, hijas del príncipe heredero y hermanas mayores del futuro emperador, el pequeño Hisahito, el único varón de la nueva generación y el que permite continúe la dinastía. Es decir, todos sus ancestros por línea paterna son emperadores, sin embargo, su presencia dentro de la Familia Imperial tiene los días contados y durará lo que dure su soltería. En este sentido, el debate se ha reabierto en infinidad de ocasiones, puesto que después de una vida de preparación para servir al imperio su tiempo como “princesa en activo” es relativamente corto, lo que provoca que la Casa Imperial vaya menguado. La solución no es fácil, ya que exigirá una profunda reforma en un país poco abierto a realizar cambios que afecten a la simbología del Estado, como es la Familia Imperial, sin embargo, tampoco es imposible, eso se demostró cuando Akihito logró abdicar, un hecho sin precedentes.