En los últimos años las princesas Mako y Kako de Japón (nietas del antiguo emperador, sobrinas del actual emperador e hijas del príncipe heredero) han ido asumiendo más responsabilidades dentro de la Casa Imperial. Una vez terminados sus estudios universitarios y cursas especialidades, dentro y fuera de Japón, las hermanas comenzaron a viajar en solitario representando a la familia y a mantener reuniones diplomáticas con mandatarios extranjeros. Ahora la princesa Kako da un paso más y sorprende con una aparición en televisión en un momento en el que la Familia Imperial apuesta por un perfil bajo.
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La mediana de los tres hijos del príncipe heredero Akishino ha hecho una breve intervención en la cadena de televisión nacional de Japón (Nippon TV) para fomentar desde los informativos al uso del lenguaje de señas entre los más jóvenes y animar un concurso que se está celebrando en los institutos del país. Su aparición llega después de un tiempo en el que tanto su presencia como la de todos los miembros de la Familia Imperial se ha visto considerablemente reducida debido a las restricciones impuestas por la COVID-19, una situación que ha hecho que se cancelen los actos y viajes programados en el que iba a ser el segundo año de Naruhito en el trono. Es más, entre los actos cancelados ha estado la propia ceremonia de proclamación del padre de Kako como príncipe heredero.
Mako de Japón retoma su agenda de princesa mientras su boda está en el limbo
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Su aparición en la pequeña pantalla pone el foco una vez más en la nueva generación de la Familia Imperial, una generación “condenada” a desaparecer ya que de sus cuatro miembros tres son mujeres y, con la actual Ley de la Casa Imperial, tendrán que abandonar la familia y sus obligaciones institucionales en el momento en el que se casen. Esto es lo que iba a suceder con la princesa Mako, que finalmente ha visto su boda aplazada durante más de dos años y todavía no se ha comunicado cuáles son los planes de la pareja. Mientras tanto, y cuando lo permite la situación sanitaria, ha seguido teniendo presencia en la agenda institucional.
Todo apunta a que los pasos de las princesas Mako, que cumplirá este mes 29 años, y Kako, de 25 años, serán los mismos que siga su prima hermana Aiko, la princesa Toshi, única hija de los Emperadores actuales y que a sus casi 19 años está volcada en sus estudios de literatura japonesa. Es de suponer que cuando Aiko complete su formación se sumara a las labores de representación y alivie así una carga de trabajo que actualmente se encuentra en manos de un número reducido de miembros.
El mayor desafío llegó en el segundo año de la era Reiwa
En este sentido, durante un año marcado por las mínimas apariciones y los mensajes medidos, las acciones del Emperador están siendo muy analizadas ya que algunos sectores esperaban que Naruhito desempeñara un papel más activo (recordando que su padre era siempre el primero en llegar a los lugares afectados por algún tipo de catástrofe y ofrecer consuelo a la población local) durante la crisis sanitaria mientras que otros analizan que se ha reprimido ya que este tema involucra decisiones que son exclusivamente políticas.
Así que cuando el pasado agosto el Emperador dio el primer discurso en seis meses y mencionó la pandemia, sus palabras fueron analizadas al milímetro. “Si bien actualmente nos enfrentamos a las dificultades sin precedentes causadas por la propagación de la enfermedad del coronavirus. Espero sinceramente que todos trabajemos juntos para superar esta difícil situación y continuar buscando la felicidad de la gente”, dijo el Emperador durante la ceremonia en Tokio que conmemoraba el final de la Segunda Guerra Mundial.
Sobre este tema, el politólogo Mikurika Takashi analizó en uno de los principales periódicos de Japón que, aunque la Constitución prohíba al Emperador participar en política, en un momento de crisis nacional, hubiera sido “legítimo que expresara sus preocupaciones sobre la vida de los ciudadanos” y puso como ejemplo algunos de los mensajes en vídeo que han difundido los monarcas europeos agradeciendo, entre otras cosas, el trabajo de los sanitarios. En este sentido, el diario Nippon.com recordó que a Naruhito este gran desafío le ha llegado nada más ocupar el Trono del Crisantemo, por lo que esa postura, que algunos medios calificaron como “el silencio del emperador”, podría deberse a “su tendencia a escuchar a quienes le rodean”. Eso sin olvidar que el debate político entre el gobierno nacional y las autoridades locales ha sido muy intenso en los últimos meses a cuenta de cómo abordar el problema de la COVID-19.
Lo cierto es que muchos han agradecido ese mensaje que Naruhito dirigió a los ciudadanos cuando atraviesan una crisis sin precedentes que ha coincidido con el segundo año de la era Reiwa, el periodo que comenzó en mayo de 2019 tras la abdicación de su padre. En un país de férreas tradiciones y en el que cada paso de la Familia Imperial es preparado y sopesado al milímetro, el citado medio observa como algunos sectores habían comenzado a temer que tras un relevo generacional y en un escenario no esperado (el de la crisis sanitaria) el papel simbólico del Emperador pudiera perder fuerza.
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