“En los cumpleaños anteriores, siempre deseaba tener más tiempo con mi marido y mis hijos. En lo que va de año, ¡todo lo que he tenido es tiempo!”. Así explica Rania de Jordania cómo ha recibido los 50 años que cumple este lunes 31 de agosto en unas declaraciones que ha hecho en exclusiva a la revista HELLO!, la edición británica de ¡HOLA! La mujer de Abdalá II reflexiona sobre un “regalo”, el del tiempo con los suyos, que le ha llegado de manera agridulce en un contexto incierto y convulso incluso para una mujer que está considerada entre las cien más poderosas del mundo.
“Ha sido un año muy difícil, pero estoy agradecida de que mi país esté haciendo todo lo posible para limitar la propagación de la COVID-19 dentro de nuestras fronteras y anteponer la salud y el bienestar de nuestra gente”, dice la Reina a HELLO! en un momento en el que el virus ha puesto en jaque al mundo. “A lo largo de esta crisis global, ha habido días que parecieron durar toda la vida, seguidos de meses que pasaron volando en una neblina”, explica Rania, capaz de poner en palabras esa sensación de desasosiego compartida por muchos.
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Siempre fue una Reina con los pies en la tierra y capaz de emprender gestas poco habituales. Hija de la diáspora palestina, universitaria y con una ambiciosa carrera profesional no contaba con ser Reina cuando se casó con el príncipe Abdalá, ya que entonces el sucesor del Rey Hussein iba a ser su propio hermano. Cuando llegó el cambio de planes, en 1999, el matrimonio ya tenía dos hijos y entonces Rania vio cómo su vida daba un giro y la situaba en el trono hachemita. Podría haber sido una princesa consorte más pero no, Abadalá era consciente del potencial de su mujer: la proclamó Reina en 1999 y le otorgó el rango honorario de coronel de las Fuerzas Armadas en el año 2004.
“Ha sido una bendición tener a todos mis hijos cerca, especialmente durante los meses en que Jordania estuvo bajo un estricto bloqueo”, cuenta Rania, madre del príncipe heredero Hussein, de 26 años, la princesa Imán, de 23, la princesa Salma, de 19 y el príncipe Hashem de 15 años. “Como tantas familias, estábamos agradecidos de estar juntos, pero también con el corazón roto al ver el dolor y la pérdida que este virus ha infligido a tantas personas en todo el mundo” añade la mujer que está considerada por la revista Forbes una de las cien mujeres más poderosas del mundo.
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Hay que recordar que la reina hachemita es una de las pocas mujeres que participa como líder en el Foro Económico Mundial de Davos y en varias ocasiones ha asumido un papel poco común, como cuando tocó en en la de los gobiernos europeos en el año 2016 para pedir que no miraran hacia otro lado en el conflicto sirio. No es habitual que la mujer de un monarca se reúna en solitario con primeros ministros para tratar asuntos internacionales de máximo calado, más siendo una representante del mundo árabe. Sin embargo, ella lo hizo, y aunque para algunos pudiera resultar incómodo, Rania puso sobre las mesas europeas el drama de los refugiados sirios y solicitó que no se cerraran para ellos todas las fronteras. Lo hizo predicando con el ejemplo y cuando Jordania (y sus escuelas, ya que Rania además buscaba la forma de que los jóvenes refugiados pudieran tener plazas en las escuelas y seguir estudiando) estaban agotando sus recursos.
"En mi cumpleaños, mientras las personas que amo estén cerca, estén sanas y seguras, no podría pedir más", concluye la reina Rania a sus cincuenta años. Lejos queda esa joven de 21 años que llegó a Ammán para trabajar en banca y en el sector de la tecnología de la información. Su trabajo ha sido muy distinto, centrado en la protección de la infancia, en mejorar la educación pública y en el empoderamiento de la mujer y de sus comunidades a través de fomentar su independencia económica y su espíritu empresarial. Fuera de las fronteras jordanas Rania se ha esforzado en romper los estereotipos de árabes y musulmanes y ha promovido la aceptación entre distintas religiones y culturas.
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Para hacer llegar su mensaje se ha servido (y se sigue sirviendo) de todas las herramientas a su alcance, así ha hecho un uso audaz de la moda, siempre con un pie en Oriente y otro en Occidente, y también se convirtió en una pionera en el uso de las redes sociales, unos canales de comunicación que al final todas las casas reales se vieron obligadas a integrar. Presente en cinco redes sociales, la Reina suma casi diecisiete millones de seguidores en Facebook, diez millones y medio en Twitter y seis millones en Instagram, donde comparte un álbum tan familiar como profesional. Menos conocida es su faceta de escritora de cuentos infantiles, aunque uno de ellos llegó a ser un best seller del New York Times. En definitiva, la que un día fue la reina más joven del mundo alcanza el medio siglo de vida convertida en la mejor embajadora de su país y en el icono de la mujer moderna en Oriente Medio.
Haz click para ver el documental de Rania de Jordania, su capítulo monográfico de la serie Royals. Puedes ver más en la nueva plataforma de vídeo ¡HOLA! PLAY, donde encontrarás programas de cocina, moda, decoración y documentales biográficos de ‘royals’ y ‘celebrities’. ¡No te lo pierdas!