Fue en septiembre de 2017 cuando Mako de Japón, sobrina del actual Emperador e hija del Heredero, anunció su intención de casarse con Kei Komuro, con el que llevaba cinco años de relación y al que había conocido en la Universidad Internacional Cristiana de Tokio. En ese momento se pusieron en marcha los preparativos tradicionales para una boda que quedó fijada para el 4 de noviembre de 2018. Sin embargo, en febrero de ese mismo año se anunció un aplazamiento que dura ya casi dos años y medio. Con una boda en el limbo, Mako continúa con una agenda como Princesa y el apoyo de su hermana.
Ha sido este martes cuando la princesa Mako, acompañada por su hermana Kako ha hecho su última aparición pública. Las hijas del Heredero de Japón han visitado el mausoleo de la Familia Imperial al oeste de Tokio protegidas con una mascarilla y vestidas con el atuendo propio para entrar en un lugar en el que se encuentran sus antepasadas y, como tal, exige el máximo respeto. De este modo, Mako sigue ejerciendo de Princesa, un papel hubiera resultado imposible si se hubiera casado ya.
'Sayonara' Princesa, el prometido de Mako de Japón pone tierra de por medio
Los problemas comenzaron cuando la prensa nipona destapó los problemas financieros del novio y de su familia, unas informaciones que llevaron a la novia a aplazar su boda alegando falta de preparación e inmadurez. Este retraso sin precedentes en una boda imperial levantó una enorme expectación en el país y la Agencia Imperial se vio obligada a hacer un comunicado. “Si hubiera algún problema se resolverá y luego se casarán. El tiempo servirá para fortalecer sus vínculos”, afirmaron en unas declaraciones que hoy pintan muy lejanas.
El pasado febrero, cuando se cumplían dos años del aplazamiento inicial, fue el padre de Mako el que respondió a la pregunta. “La perspectiva del matrimonio no ha cambiado desde el momento en que hablé sobre ello el año pasado. Sin embargo, dado que habrán pasado dos años desde el aplazamiento inicial, creo que es necesario hacer algún tipo de anuncio. No he tenido la oportunidad de hablar con mi hija mayor sobre los planes de matrimonio. Además, no he estado en contacto con la familia Komuro”, dijo entonces el príncipe Akishino de un anuncio que nunca llegó.
¿Quién piensa en los sentimientos de la Princesa? Su fiel hermana Kako
Lo cierto es que los acontecimientos que han sucedido en un país de férreas tradiciones han ayudado a crear la cortina de humo perfecta para que se olvide el compromiso de Mako. Hay que recordar que Japón vivió un momento histórico el pasado otoño con la entronización de Naruhito, una ceremonia que reunió a dignatarios y jefes de Estado de más de 190 países y que el Gobierno llevaba preparando tres años, ya que las leyes del país no contemplaban un relevo generacional con un emperador vivo.
A este hecho histórico se ha sumado la crisis del COVID-19, que ha llevado a la tercera economía mundial a una recesión técnica desde el primer trimestre del año. Si bien en términos sanitarios los nipones están logrando “domar” la pandemia, el Banco de Japón ha declarado hace escasas horas que la situación de su economía es “extremadamente grave”, ha ampliado su programa de préstamos y los medios del país hablan de este como su mayor desafío después de la Segunda Guerra Mundial. En definitiva, ¿quién piensa ahora en la boda de la Princesa? De forma paralela, dejando al margen la idoneidad de un matrimonio en términos económicos, algo que no es baladí ya que es el Gobierno el que entrega a las princesas una sustanciosa suma de dinero al contraer matrimonio con el fin de paliar su salida de la Casa Imperial, en el país se reabrió el debate de si se podrían modificar las estrictas leyes de 1947 y que han llevado a tener una Familia Imperial con cada vez menos miembros en activo.
Atendiendo a esa norma el casarse con un miembro que no es de la Familia Imperial implica la pérdida de su condición de Alteza Imperial y de sus funciones de representación, unas funciones que Mako ha estado desempeñando en los últimos años incluso en el extranjero. El Gobierno siempre ha actuado con cautela en este sentido y boda tras boda se aplaza este debate, ya que no es fácil llegar a un consenso con los sectores más conservadores, que temen que miembros femeninos de la Familia Imperial o personas por la línea de sangre materna pudieran acceder al trono. En definitiva, ¿lograrán Mako y Kei Komuro poner la guinda a su historia de amor?
Mientras tanto la Princesa se refugia en su leal hermana Kako, con la que hace la mayoría de sus apariciones en los últimos tiempos. Kako tuvo que afrontar durante su ceremonia de graduación en la universidad preguntas sobre el futuro matrimonio de su hermana. "Cuando se trata del matrimonio, creo que los sentimientos de las personas involucradas son lo importante. Espero que se cumplan los deseos personales de mi hermana mayor", respondió con candidez la joven Princesa, una muestra de amor fraternal que causó revuelo. Tal y como recogió el medio Nippon.com, "esos francos sobre los sentimientos de su hermana fueron criticados por falta de conciencia de ser miembro de la Familia Imperial".