Poco a poco el relevo definitivo en la Casa Imperial japonesa va completándose. Tras la milenaria entronización de Naruhito y Maskao como emperadores, que tuvo lugar el 22 de octubre de 2019 ante miembros de la realeza mundial como los reyes Felipe y Letizia; Guillermo y Máxima de Holanda; Felipe y Matilde de Bélgica y un largo etcétera de soberanos y príncipes, se espera que los nuevos inquilinos del trono del crisantemo se trasladen a vivir al Palacio Imperial de Tokio, hasta ahora ocupado por los antiguos emperadores Akihito y Michiko. Los padres de Naruhito lo han abandonado estos días el que ha sido su hogar durante 26 años en coche y con mascarillas, como medida de protección por la pandemia.
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Hace unos días, Akihito y Michiko dejaron definitivamente el Palacio Fikiage Sento, ubicado en el Palacio Imperial de Tokio, casi un año después de la abdicación. En su última salida del que ha sido su casa durante casi tres décadas, el antiguo soberano, de 86 años, y su mujer, de 85, pasaron por delante de los Tres Santuarios, donde se llevan a cabo los rituales de la corte en una pequeña procesión en la que recibieron el aplauso de los trabajadores de la Casa Imperial, según ha informado el periódico nipón The Asahi Shimbun.
Se espera que las dos parejas intercambien sus domicilios, pero eso aún tendrá que esperar. El emperador Naruhito y su esposa no se instalarán en el Palacio Fukiage Sento con su hija la princesa Aiko, de 18 años, hasta que no se hayan realizado una serie de remodelaciones. Mientras tanto seguirán viviendo en el Palacio Imperial en Akasaka, futura casa de Akihito y Michiko. Hasta que ambos palacios estén disponibles para los nuevos residentes, los emperadores eméritos vivirán durante un año y media en el Palacio de Takanawa, a donde llegaron este martes, según ha informado The Japan Times.
A pesar de que hace unos meses preocupó el estado de salud de la emperatriz Michiko, lo cierto es que la apariencia de su estado actual ha sido inmejorable. En septiembre se sometió a una operación de cáncer de mama que fue todo un éxito, aunque después sufrió fuertes vómitos y no logró recuperar el peso que había perdido desde la pasada primavera.
No solo Akihito y Michiko han estado de traslados, su nieta la princesa Aiko, única hija de Naruhitio y Masako, también se ha reunido con sus padres después de que se graduara en la escuela secundaria, en una ceremonia a la que acudió con mascarilla y sin sus padres para evitar riesgos por el coronavirus. Tras finalizar estos estudios, la princesa, que no heredará el trono al perdurar en Japón la ley sálica, seguirá los pasos académicos de su padre y estudiará Lengua y Literatura japonesa en la universidad Gakushuim, una de las más prestigiosas del país y por la que también pasó el emperador Naruhito.