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La crisis sanitaria ha alterado la vida de todos a nivel global. Si la peor parte se la llevan, sin duda, los que se encuentran ya frente a frente con la enfermedad, los demás lidian con la incertidumbre en una cuarentena que es más o menos estricta, según las decisiones de cada territorio. Irremediablemente, las familias reales también se ven afectadas por las medidas excepcionales que se han puesto en marcha, por lo que sus agendas han sido prácticamente vaciadas, lo que deja a sus majestades libres para aportar su granito de arena en la lucha contra el COVID-19.
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Felipe VI
Tras enviar un mensaje tranquilizador a los ciudadanos, don Felipe ha puesto los efectivos y capacidades de la Guardia Real al servicio del Ministerio de Defensa para mitigar la crisis. Además, tanto el Rey como doña Letizia han conversado con los representantes de diferentes organizaciones sociales y hospitales para conocer de primera mano cuáles son sus necesidades y temores durante este estado de alarma. “Este virus no nos vencerá. Al contrario, nos hará más fuertes como sociedad”, decía el Monarca en su discurso televisado y, en aras de esta premisa, ha ejercido de intermediario para la donación de material sanitario a España por parte del fundador de la web Alibabá.
El chino Jack Ma y don Felipe habían coincidido en diversos foros, por lo que el empresario no dudó en contactar con el Rey cuando decidió poner su compañía al servicio de nuestro país para hacer llegar los recursos donde más falta hace. La gestión del jefe del Estado puso en contacto a Ma con el Ministerio de Sanidad para tramitar la importante colaboración que hizo posible la entrada de unas 500.000 mascarillas hace unos días por el aeropuerto de Zaragoza. Asimismo, este martes llegarán 50.000 kits para hacer tests del COVID-19 comprometidos en otra conversación con Felipe VI, tal y como ha informado la Casa del Rey. Proximamente, se espera un nuevo envío de 100 respiradores y nuevo material de emergencia.
Matilde de Bélgica
Un papel similar al de Felipe VI lo ejercía la Reina de los belgas, aunque en lugar de mediar ante una empresa de distribución y logística lo hacía ante todo un magnate de la moda. Matilde de Bélgica es una asidua a los diseños de Edouard Vermeulen, dueño de la casa de alta costura Natan, y aprovechando la relación de confianza que les une, según apuntan los medios belgas, la esposa del Monarca intercedió para hacerle una propuesta que el diseñador anunciaba poco después. Según ha comunicado, todos sus empleados se encuentran confeccionando mascarillas que irán a parar en primer lugar a los hospitales de Bruselas y de Ieper, localidad natal de Vermeulen, para después extender la distribución al resto de centros sanitarios del país.
No es la primera iniciativa de la Casa Real belga ante la crisis. Los más mayores, uno de los colectivos más vulnerables, están en la mente de Matilde, que antes de que el Gobierno decretase el confinamiento en el hogar de sus ciudadanos, se acercó con dos de sus hijos a una residencia de ancianos para llevarles tartas artesanas y flores. En la misma línea, y ya desde el Palacio de Laeken, han seguido enviando gofres a los residentes y al personal de estos centros, además de ofrecer conversaciones telefónicas a todos los mayores que se encuentren solos.
Victoria y Daniel de Suecia
Otras casas reales han encontrado la forma de mantener el contacto con la población y los diferentes colectivos a pesar del aislamiento, Victoria y Daniel de Suecia han recurrido a las llamadas y videollamadas para felicitar al personal que trabaja incansablemente para combatir la pandemia o para proporcionar los servicios básicos y para hablar con organizaciones y empresas afectadas y conocer su situación. Además, han ejercido desde sus perfiles públicos una labor pedagógica con la ayuda de los más pequeños. Tanto los príncipes herederos como Carlos Felipe y Sofía de Suecia han explicado a sus hijos, y por ende al resto de los ciudadanos, cuál es la manera correcta de lavarse las manos.
Federico de Dinamarca
También Federico de Dinamarca ha empleado la videoconferencia para reunirse de forma telemática con algunos centros de ayuda como el de la Cruz Roja que, desinteresadamente, ponen todos sus recursos y esfuerzos a disposición de la lucha contra el COVID-19.
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