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La princesa Haya de Jordania ha sido vista este martes en el Tribunal Superior de Londres para continuar su lucha contra el emir de Dubái, del que se separo la pasada primavera, tras huir del Palacio Real de la ciudad de los Emiratos Árabes. Desde noviembre, la hermana del rey Abdalá no era vista en sede judicial, donde ha acudido con su abogada, Fiona Shackleton, conocida como magnolia de acero, para velar por el futuro de los dos hijos que tuvo con el emir.
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Con el rostroserio y gesto cabizbajo, la Princesa ha llegado al juzgado con un vestido blanco de escote en pico y manga larga, charlando con su letrada, que eligió para esta nueva vista un traje de chaqueta oscuro. La expareja mantiene una enrocada batalla judicial por la custodia de sus dos hijos: los príncipe Jalila, de 12 años, y Zayed, de 8. Haya quiere una orden que impida en un futuro que los pequeños tengan un matrimonio forzado. Mientras, el emir pide el regreso de los niños a Dubái.
Tras unos meses complicados, el pasado otoño la sexta mujer del monarca participó en la primera sesión del juicio en la capital británica donde vive con sus hijos en una mansión del barrio de Kensington, que está valorada en 95 millones de euros. Haya de Jordania eligió el Reino Unido para velar por sus intereses, un territorio lejos de la influencia de su exmarido, que pedía el retorno de la causa a los Emiratos Árabes. Además, para preservar su seguridad, consiguió que su hermano, el rey Abdalá la nombrara diplomática en la embajada del Reino Unido y así conseguir protección e inmunidad.
Para vencer al todopoderoso emir, Haya cuenta con una de las mejores abogadas experta en divorcios. Fiona defendió al príncipe Carlos en su divorcio de Diana de Gales en 1996 y también representó al príncipe Andrés en su litigo contra Sarah Ferguson. Mohamed Bin Rashid, uno de los hombres más ricos del mundo, no se queda atrás y cuenta con los servicios de Helen Ward, apodada como la gran dama de los divorcios, que se encargo de la separación de Guy Ritchie y de la de Bernie Ecclestone de su segunda mujer, Slavica.
Mientras la princesa Haya se deja ver por los tribunales, no hay ni rastro del emir Mohamed, al que se vio el pasado octubre en territorio británico participando en una carísima subasta de caballos, mientras a unos pocos kilómetros se debatía sobre las condiciones futuras de sus hijos
De una huida en secreto al juicio por el divorcio: las decisiones de Haya de Jordania