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Este jueves 30 de enero el rey Felipe cumplía 52 años, una cifra que celebraba en la más estricta intimidad. Con su agenda oficial completamente despejada durante esa jornada -algo que no ocurría desde 2016-, el jefe de Estado aprovechaba para reunirse con un grupo compuesto por 19 amigos junto a los cuales quiso soplar las velas y brindar por esta nueva vuelta al sol que ahora comienza para él. Según ha adelantado El Español, a todos ellos los citaba a mediodía en el barrio madrileño de El Viso, concretamente en el restaurante La Tragantía, especializado, según su propia web, en cocina tradicional andaluza.
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Don Felipe, que vestía pantalón oscuro, americana marrón, camisa azul y corbata del mismo color, reservaba el salón interior del restaurante para disfrutar de la comida de manera distendida y relajada, sin nadie a su alrededor. Tal y como relataba el chef del local, don Pepe, a María Ruiz, reportera de Trece al día, el menú que eligieron para celebrar el cumpleaños del Rey consiste en "unos entrantes de jamón y lomo de la sierra de los Pedroches, torreznos y una ensalada de tomate rosa con ventresca". Además, revelaba que como plato principal el monarca apostó por una lubina pero que los comensales podían elegir también entre "paletilla, entrecot, rabo de toro y choco a la parrilla".
La celebración de don Felipe y sus amigos se extendió hasta aproximadamente las seis de la tarde tal y como revela ABC. Tras disfrutar de esta agradable comida, el monarca regresó al Palacio de la Zarzuela para reunirse con su mujer, doña Letizia, y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, quienes, a buen seguro, le colmaron de regalos y gestos de cariño en un día tan especial para él que el pasado año no pudo celebrar al lado de su familia. Y es que cabe recordar que su 51 cumpleaños lo pasó en Irak, donde visitó a las tropas españolas desplegadas en el país y conocer de primera mano la labor de los militares que participan en la misión de la OTAN.
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A pesar de que el Rey disfrutó de un bonito día al lado de sus allegados, lo cierto es que la semana de su cumpleaños no ha sido fácil para él. La iniciaba en Polonia, donde acudía con su esposa a la ceremonia de conmemoración del 75º aniversario de la liberación de Auschwitz-Birkenau. Dos días después, el miércoles, acudían al funeral de su tía, la infanta Pilar, en El Escorial, donde se celebraba una misa que contó con la asistencia de don Juan Carlos y doña Sofía, las infantas Elena y Cristina, la infanta Margarita, Beatriz de Holanda así como la de muchos aristócratas y miembros de la Grandeza de España.
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