La cita nipona que se convirtió en la gran cumbre de la realeza mundial
El otoño de 2019 nos dejó la milenaria ceremonia de entronización de Naruhito como emperador de Japón
Japón se convirtió el pasado otoño en la cumbre de la realeza mundial. Reyes, príncipes, jeques, emires… Nadie quiso perderse las fabulosas ceremonias de entronización del emperador Naruhito y su mujer Masako, que dieron comienzo a la nueva era Reiwa. Entre los invitados en el Palacio Imperial de Tokio estuvieron los reyes Felipe y Letizia, Guillermo y Máxima de Holanda, Felipe y Matilde de los belgas, Carlos Gustavo y Victoria de Suecia, Carlos de Inglaterra, Federico y Mary de Dinamarca, Haakon de Noruega, Jigme Khesar Namgyel y Jetsum de Bután y un largo etcétera de dignatarios y jefes de Estado de más de 190 países.
Los más de 2.000 invitados fueron testigos de una ceremonia milenaria, que tuvo lugar el 22 de octubre, marcada por la tradición y los fastos nipones, con la llamada Sokuirei Siden no Gi, la ceremonia de entronización propiamente dicha, en la que Naruhito estuvo acompañado por su mujer Masako en el magnífico Salón de Estado de Palacio, o Matsu No ma, una sala que alberga en su interior el trono, Takamimura, de ocho toneladas y seis metros y medio de altura, al que los nuevos emperadores ascendieron vestidos con el traje tradicional. Él, con el sokutai, de naranja oscuro, y ella, con el juni hitoe, un kimono de doce capas.
- Música y mucha emoción en el desfile de los emperadores Naruhito y Masako de Japón
- El broche perfecto: los Reyes acuden a la gran cena de gala de los nuevos emperadores de Japón
- Matilde de Bélgica, Máxima de Holanda... el impresionante desfile de invitados en Japón
Uno de los momentos más significativos del acto tuvo lugar cuando el primer ministro japonés, tras pronunciar un discurso, expresó su respeto al nuevo emperador proclamando Tenno Heika Banzai, que podría traducirse como “larga vida a su Alteza Imperial”, un lema que fue coreado por los presentes en la sala.
Tras la gran ceremonia de entronización llegó el momento de las celebraciones. Esa misma noche, los flamantes nuevos emperadores agasajaron a sus invitados con una gran cena de gala, con marcado sabor nipón en la que se degustaron diversos aperitivos, alimentos encurtidos, sopas, arroces, productos a la parrilla, propuestas de pescado con el salmón como ingrediente principal. A esta velada no faltaron don Felipe y doña Letizia, que al día siguiente pusieron rumbo a Corea para emprender un viaje de Estado. La Reina eligió para la ocasión un vestido en color rosa fucsia con bordados, hecho a medida por la firma Carolina Herrera. Además, llevó la espectacular tiara de la flor de Lis, una de las más importantes del joyero real. Se trata de un regalo que Alfonso XIII hizo a su prometida, Victoria Eugenia de Battenberg, quien la lució el día de su boda, el 31 de mayo de 1906.
Los actos más importantes de entronización finalizaron el 22 de octubre, pero al día siguiente, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, y su mujer, Akie Abe, quisieron ofrecer a los invitados un banquete en honor de Naruhito y Masako en el que participaron muchos miembros de la realeza, que disfrutaron de un almuerzo y de una representación teatral típica de Japón, el kabuki. El acto se cerró con un discurso del primer ministro que dirigió unas palabras a los asistentes para cerrar dos días históricos. Tan solo quedaba el desfile de la pareja imperial por las calles de Tokio, que se suspendió por motivos meteorológicos, y que el 10 de noviembre llenó la capital nipona de música y mucha emoción.
Aunque la ceremonia de entronización tuvo lugar en otoño, Naruhito ejerce como jefe de Estado desde el pasado 1 de mayo cuando recibió las insignias del poder imperial ante los miembros del Gobierno tras la abdicación de su padre, Akihito, que tuvo lugar un día antes, la primera renuncia al trono del Crisantemo que se producía en 200 años.