Este jueves por la tarde, el príncipe Andrés, el hijo de la reina Isabel II de Inglaterra que ostenta el ducado de York, anunciaba su retirada de la vida pública. Utilizaba la vía del comunicado oficial para hacer así oficial su abandono de las obligaciones institucionales, después de que la soberana le hubiera dado su permiso para hacerlo. Con esta drástica y previsible decisión, el nombre del duque pasa a engrosar una lista de la que ya forman parte otros miembros de la realeza europea, entre los que se encuentran Iñaki Urdangarin, Laurent de Bélgica o Marta Luisa de Noruega.
Isabel II se enfrenta a su peor crisis desde la década de los años noventa
El escándalo llevó también a que el príncipe Laurent de Bélgica, hijo menor del rey Alberto y hermano, por tanto, del actual rey Felipe de los Belgas, fuera apartado de las actividades oficiales de la Casa Real. En su caso ocurrió en el año 2011 y fue como consecuencia del viaje sin autorización del Gobierno que realizó a la República Democrática del Congo. La decisión no se extendió a la mujer, la princesa Claire, ni a los tres hijos del miembro más polémico de la Familia Real belga. Cabe recordar que además Laurent de Bélgica había declarado años antes como testigo en un juicio por un caso millonario de desvío de fondos.
Ese mismo año, pero en España, se producía otra retirada de la vida pública por parte de un miembro de la realeza, la de Iñaki Urdangarin, marido de la infanta Cristina. Su implicación en el Caso Noos y sus actividades empresariales alejadas del "comportamiento ejemplar" tuvieron como consecuencia una decisión por parte del Palacio de la Zarzuela sin precedentes en nuestro país: la de que el que fuera duque de Palma dejara de participar en las actividades oficiales de la Casa Real.
Otro que también vivió en sus propias carnes la exclusión de la agenda oficial fue Ari Behn, exmarido de Marta Luisa de Noruega. En 2002 el rey Harald decidió apartarle de la Familia Real y que, por tanto, dejara de representar a la Casa en los actos institucionales después de las sucesivas polémicas que había protagonizado, desde vídeos en los que aparecían diferentes sustancias y prostitutas, hasta una controvertida intervención televisiva. Lo cierto es que la propia Marta Luisa ya había renunciado a sus derechos dinásticos para casarse con el escritor.
Años después, de nuevo Marta Luisa recibiría muchas presiones para que renunciara a su título de princesa, que se intensificaron tras conocerse su relación con el chamán Durek Verret y el uso que hacía de su condición de royal en sus negocios y proyectos. Pese a que la hermana del heredero Haakon dejó claro que no era algo que considerara seriamente, ya que siempre será "parte de esta familia", sí tomó la decisión de dejar de utilizar su condición de princesa con fines comerciales.
Reyes que abdican
Varias monarquías europeas han visto, además, cómo sus soberanos renunciaban a sus privilegios y a sus títulos como consecuencia de controvertidas decisiones. En 1936 lo hizo Eduardo VIII, quien después sería duque de Windsor. El tío de Isabel II de Inglaterra decidió abdicar del trono para casarse con la norteamericana divorciada Wallis Simpson. Por su parte, Bernardo de Holanda, marido de la reina Juliana y abuelo del actual rey Guillermo de los Países Bajos, dimitió de todos sus cargos oficiales en 1976 tras divulgarse una investigación sobre su supuesta implicación en un caso de sobornos de la compañía Lockheed.
Al margen de polémicas o escándalos, a lo largo de la historia ha habido muchos royals que se han apartado de la vida institucional para seguir su camino de una manera más libre y privada. Sayako y Mako de Japón, Carlos Felipe y Magdalena de Suecia -más recientemente-, Friso de Holanda, Balduino de Bélgica, la condesa Alejandra, Amadeo de Bélgica y otros tantos nombres de miembros de la realeza se han visto en algún momento en una situación similar a la que ahora está experimentando Andrés de Inglaterra.