El pasado mes de mayo, Japón estrenó emperador e inauguró una nueva era, Reiwa -que significa orden y armonía-. En aquel momento, la histórica ceremonia de abdicación de Akihito dio paso a otra en la que su hijo, Naruhito, tomaba el testigo y aceptaba las insignias del poder imperial. Para que todo el ritual fuera completo y el país nipón admirara a su nuevo emperador, faltaba llevar a cabo el acto de entronización, que tendrá lugar este mismo martes y que permitirá poner el broche de oro a los festejos en el país del Sol Naciente.
Con este último paso, se culmina un ascenso al trono que, como suele ser habitual, pone también el foco sobre sus herederos. En este caso, sobre el hermano y el sobrino de Naruhito, el príncipe Akishino y su hijo, Hisahito. La férrea Ley Sálica que impide a las mujeres ascender al trono y gobernar ha situado en el mapa imperial a estos dos varones, de 53 y 13 años, respectivamente. Ocupan, por tanto, el primer y el segundo puesto en la línea sucesoria nipona. Algún día se convertirán en emperadores de Japón y se espera, en el caso del segundo, que asegure la sucesión teniendo a su vez descendencia masculina.
En el país del Sol Naciente ya comienza a hablarse de reformas para modificar la Norma y permitir que una mujer pueda ser emperatriz. No sería la primera modificación legal por parte del Gobierno, ya que aprobó en 2017 la ley que permitía que Akihito abdicara, convirtiéndose en el primer emperador que renuncia al trono 200 años. En cualquier caso, el Ejecutivo no parece muy proclive a ello, dado sobre todo la milenaria tradición de la Casa Imperial japonesa. Por todo ello, Aiko, hija de Naruhito, no será la heredera.
Mientras eso ocurre, tanto el príncipe Akishino como su hijo Hisahito -que tiene dos hermanas mayores que sin embargo no serán emperatrices- se están preparando a conciencia para asumir, algún día, el Trono del Crisantemo. En el caso del pequeño, desde hace un tiempo está recibiendo una educación encaminada a adoptar actitudes como la cortesía, el estoicismo, la disciplina y la consideración a los demás, al margen de las materias propiamente dichas -historia clásica e imperial y poemas-. Recientemente inició la etapa de secundaria y lo hizo como hasta ahora, sin prodigarse en demasía en apariciones públicas, algo que comenzará a cambiar poco a poco, dado su ascenso de un puesto en la línea de sucesión al trono.