Japón está viviendo una jornada histórica con motivo de los actos de entronización del emperador Naruhito. Con todo el boato y el ceremonial de la corte nipona, Su Majestad Imperial ha participado junto a su mujer, la emperatriz Masako, del acto central, el llamado Sokuirei Siden no Gi, que se ha celebrado en el Salón de Estado del Palacio Imperial y del que han sido testigos dignatarios, jefes de Estado, reyes y príncipes de más de 190 países, como don Felipe y doña Letizia, Máxima y Guillermo de Holanda, Carlos Gustavo y Victoria de Suecia y Felipe y Matilde de Bélgica, entre otros muchos miembros de la realeza. Tras este espectacular acto, en el que el emperador ha ascendido literalmente al trono, le ha seguido, horas después una cena de gala que ha tenido lugar en el Palacio Imperial, donde Naruhito y Masako han querido agasajar a sus invitados.
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Después de lucir el sokutai, el traje tradicional naranja oscuro reservado para los hombres, y el juni hitoe, el kimono de doce capas, Naruhito y Masako de Japón han cambiado sus vestimentas orientales por ropa más occidental y han reaparecido en el Palacio Imperial con frac y traje largo respectivamente de gran gala para celebrar una cena que quedará para el recuerdo. Previamente, algunos de los miembros de la realeza recibieron el saludo de los emperadores, así como de la Familia Imperial. Seguidamente, y antes del comienzo de la cena, los Reyes, junto con el resto de invitados visitaron el Salón de Estado, donde tuvieron oportunidad de observar el trono y presenciar una serie de actuaciones musicales.
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Una de las primeras parejas en llegar al Palacio Imperial han sido los príncipes Federico y Mary de Dinamarca. La Princesa ha llegado con un vestido rosa empolvado acompañado de una capa de pedrería, el pelo recogido con la tiara que lució con motivo del 50º cumpleaños de su esposo. Se trata de una joya que la propia Princesa compro en la casa de subastas Bruun Rasmuseen y está elaborada en oro y plata con rubíes y diamantes. Tras ellos, el príncipe Haakon de Noruega, el expresidente de Francia, Nicolas Sarkozy y Carlos de Inglaterra. Después, ha sido el turno de los reyes Felipe y Letizia. Si por la mañana, la Reina impactó con su vestido estampado y su tocado en forma de diadema, por la noche ha impresionado con un vestido de clara inspiración española.
Doña Letizia ha elegido un vestido en color rosa capote con bordados, hecho a medida por la firma Carolina Herrera. La mujer de Felipe VI ha llevado la espectacular tiara de la flor de Lis, una pieza que estrenó en febrero de 2017 durante una cena de gala que tuvo lugar en el Palacio Real de Madrid en honor al presidente de Argentina. Esta pieza es una de las más importantes del joyero real y fue un regalo de Alfonso XIII a su prometida, Victoria Eugenia de Battemberg, quien la lució el día de su boda, el 31 de mayo de 1906.
Guillermo y Máxima de Holanda también han acudido a esta cita y ya han confirmado que se quedarán hasta este miércoles en Tokio. La Reina ha llevado un vestido en color rojo, con impresionantes joyas de rubíes y diamantes. En esta ocasión ha coronado su estilismo con la Tiara Mellerio de rubí, una pieza que data de 1889, cuando fue encargada a la prestigiosa joyería francesa Mellerio dits Mellier. Esta es una de sus piezas favoritas pues fue la tiara que eligió para su primer retrato oficial como Reina.
Carlos Gustavo de Suecia ha acudido con su hija, la princesa Victoria de Suecia que ha lucido un vestido brocado en color nude y ha llevado la tiara de Laurel. Felipe y Matilde de Bélgica han llegado de la mano a la gran cena de gala. La esposa del soberano se ha decantado por un vestido bordado en color dorado.
Horas antes de la segunda gran cita en la corte nipona, se han vivido momentos de lo más significativos como cuando el primer ministro japonés, tras pronunciar un discurso, expresó su respesto al nuevo emperador proclamando Tenno Heika Banzai, que podría traducirse como "Larga vida a su Alteza Imperial", que fue coreado por los presentes en la sala. Tras la entronización, propiamente dicha, Naruhito y Masako han recorrido en coche los cinco kilómetros que separan el Palacio Imperial de la residencia imperial Akasaka. Aunque se esperaba un desfile por las calles Tokio se ha pospuesto hasta el 10 de noviembre, debido a que todavía se sufren las sucuelas del tifón que azotó recientemente el país.
Todos ellos, en total unos 400 personas venidas de todas las partes del mundo han degustado un banquete con marcado carácter japonés, aunque también se ha tenido en cuenta la cultura culinaria y religiosa de los invitados. El extenso menú ha consistido en nueve platos entre los que había aperitivos, sopas, arroz, recetas a la parrilla y diveras frituras. Algunas de las delicias que han podido degustar los comensales han sido los rollos de espárragos con salmón o carnes a la parrilla. También había un menú vegetariano que incluía verduras y tofu. Para los invitados musulmanes había comida halal. Teniendo en cuenta que un buen número de los asistentes eran de fuera de Asia, además de los palillos chinos, también se han dispuesto cubiertos. La cena estuvo regada con el típico sake, licor de arroz, también se han servido vinos blancos y tintos además de zumo de naranja.
Con esta cena finaliza la jornada central por los actos de entronización de Naruhito, que continuarán este miércoles donde los invitados de primer nivel disfrutarán de un banquete ofrecido por el primer ministro nipón, Shinzo Abe, y su mujer en honor al emperador. A este acto, algunas personalidades, como los Reyes Felipe y Letizia, no se quedarán. El soberano español y su mujer viajarán ese día desde Japón hasta Corea donde emprenderán un viaje de Estado de dos días.