Ni su apretada agenda como miembro de la Familia Real británica, ni sus responsabilidades como madre de tres niños pequeños le han impedido a la Duquesa de Cambridge cumplir como hermana. La Duquesa, concienciada como está con la salud mental, no le faltó a su hermano precisamente en el momento decisivo, cuando sufrió una profunda depresión y vivió sumido en un pozo durante un año, el peor de su vida. Como el propio James Middleton ha reconocido en una nueva entrevista para The Telegraph Magazine, su hermana mayor fue fundamental en su recuperación. Y es que todos los Middleton, incluida la Duquesa, le acompañaron a terapia para ayudarle a superar la enfermedad.
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Si ahora sonríe a la vida con el corazón contento como nunca, gracias a su compromiso con Alizée Thévenet, hubo otro tiempo en el que el empresario de 32 años se sentía muy diferente y no veía la luz: “Me encontraba en una oscuridad miserable. No podía hacer nada: ni dormir, ni leer un libro, ni ver una película, ni comer… Me retiré de todo”. Solo quería estar solo y, por mucho que sus seres más queridos lo intentaran, era incapaz de salir de sí mismo y hablar con sus padres, con sus hermanas o con sus amigos, hasta que tras una de esas miles de llamadas sin atender, se dio cuenta de lo preocupados que estaban por él y puso los medios para recuperarse.
Fue a un hospital psiquiátrico donde le preguntaron en la primera consulta si tenía pensamientos suicidas. Reconoció haberlos tenido aunque en realidad “no creo que lo haga nunca”, porque no quería abandonar ni a su familia ni a sus perros a los que tanto quiere. Estaba completamente perdido y se sometió a terapia cognitiva conductual durante casi un año, a veces asistiendo a sesiones con uno o varios miembros de su familia, su pilar. “Eso fue muy importante porque les ayudó a entenderme y a entender cómo funcionaba mi mente. Y creo que la forma en que la terapia me ayudó fue que no necesitaba que mi familia dijera: '¿Qué podemos hacer por ti?' Lo único que podían hacer era asistir a algunas de las sesiones de terapia para comenzar a comprender” lo que pasaba, explicó.
Esta no es la primera vez que James Middleton habla sobre una situación difícil, también se ha referido a su trastorno de dislexia y déficit de atención, indirectamente relacionados con la presión mediática que rodea a su familia desde que la Duquesa de Cambridge se casara en 2011 con el príncipe Guillermo: “De repente, y de manera muy pública, se juzgó si había tenido éxito o no”, dijo a Tatler en agosto pasado.
James es consciente de no haberse librado de la depresión, pero no le importa: “Estoy muy contento de haber pasado por ello”. “Era un lugar oscuro y miserable, pero el hecho es que hay esperanza al final. Requiere esfuerzo y energía, pero al otro lado… la hierba puede ser más verde que antes”, añadió. “Ahora tengo la sensación de que puedo asumir cualquier cosa, de la mejor manera posible. Porque si puedo hablar sobre mi salud mental y las cosas que me apasionan y la forma en que realmente me siento... Bueno, entonces no pretendo ser nadie. Esto es lo que soy”.