Michiko de Japón, madre de Naruhito, actual emperador de Japón, vive actualmente un delicado momento de salud. La Agencia de la Casa Imperial informaba el lunes que la emperatriz, de 84 años, ha sido diagnosticada con unas anomalías en sus válvulas cardiacas. Es por ello que los médicos le han recomendado que reduzca la intensidad de su agenda pública, que se ha rebajado considerablemente después de que su marido, Akihito, abdicase y dejase el trono en manos de su hijo.
Según se ha podido saber, Michiko llevaba sufriendo varios meses problemas respiratorios, algo que achacaba a su avanzada edad y a lo que no dio suficiente importancia. Hace unos días, tras un examen cardiaco exhaustivo, se encontraban esas anomalías atrioventriculares que "no cierran lo suficiente". Aún así, desde la Agencia Imperial se ha querido enviar un mensaje de calma al subrayar que "sus síntomas son relativamente leves".
A pesar de la recomendación médica, la emperatriz acompañará a su marido en la visita de tres días que realizará a Kioto esta semana. Michiko no ha querido cancelarla y ha preferido seguir con su agenda, en la que ya está marcada la operación de cataratas que tendrá que realizarse para solucionar los problemas de visión que lleva sufriendo desde hace años. Una intervención que se realizará en dos tiempos y que lleva aplazando un tiempo para centrarse en las ceremonias por la abdicación de su marido y posterior proclamación de su hijo como emperador.
La mujer del emperador Akihito ha estado marcada por los diferentes problemas de salud que ha sufrido. En la década de los 90 sufrió un trastorno depresivo que le llevó a perder la voz durante casi un año. Más adelante le diagnosticaron fatiga psicológica, unida a una gastritis crónica producida por los apretados cinturones para los kimonos que exige el protocolo.