El emperador Akihito de Japón acudió en la década de los años 50 a un torneo de tenis en Kuraizawa, en los denominados Alpes japoneses. Allí, como cada fin de semana, se encontraba también Michiko, la hija de un millonario industrial harinero. Su equipo ganó el campeonato, lo que generó en Akihito un fuerte sentimiento de respeto y admiración. El 10 de abril de 1959, Michiko se convertía en su esposa, la primera plebeya que se casaba con un miembro de la familia real en la Corte del Crisantemo. Ayer se cumplían 60 años de este momento, cuando apenas faltan tres semanas para que el emperador Akihito abdique a favor de su primogénito, Naruhito.