El príncipe Hisahito tiene doce años y va a comenzar la educación secundaria. Con motivo de la ceremonia de bienvenida en la escuela afiliada a la Universidad de Ochanomizu, el niño ha posado con sus padres, Akishino, hermano del príncipe heredero, y Kiko. Sin embargo, el joven Hisahito no se prodiga demasiado en apariciones públicas y es uno de los miembros más desconocidos de la familia imperial, a pesar de estar a punto de ser el segundo en la línea sucesoria, tras su padre, una vez que el príncipe heredero Naruhito asuma el poder el próximo 1 de mayo.
Con el posado oficial con sus padres, queda inaugurado su periodo de educación secundaria, muy parecido al que hizo al empezar la primaria. Al ingresar en la escuela de Ochonomizu, el pequeño rompió ya a los seis años con la tradición imperial de estudiar en la escuela Gakushuin. Su padre fue el encargado de explicar que había superado las pruebas de acceso y que deseaba que su hijo tuviese una vida escolar “lo más rica posible compartiendo experiencias con sus compañeros”.
A pesar de tener muchas opciones de ocupar un día el Trono del Crisantemo, sus padres siempre han sido muy celosos de su intimidad y apenas han llevado al niño a actos públicos o han publicado fotografías oficiales. Tan solo hay algunas imágenes de momentos puntuales como cumpleaños, graduaciones escolares o ceremonias tradicionales.
El príncipe Hisahito, futuro emperador de Japón, celebra en familia su paso a la niñez
Los príncipes Akishino y Kiko son muy queridos en Japón y su historia de amor recuerda a la de los actuales emperadores, Akihito y Michiko, y a la de los próximos, Naruhito y Masako ya que ella también es de origen plebeyo y pronto se ganó el cariño de los ciudadanos. Sin embargo, el hecho de que tanto el propio Akishino como el príncipe heredero solo tuviesen hijas comenzó a inquietar en el Palacio Imperial hasta que el nacimiento del niño acabó con el cisma.
La cuestión sucesoria levantó verdaderas ampollas en el país del sol naciente antes de la llegada al mundo de Hisahito. En Japón impera la ley sálica que impide que una mujer pueda heredar el Trono, pero a principios de los 2000 los príncipes herederos tenían una hija, Aiko, y su hermano tenía dos, Mako y Kako, por lo que la línea sucesoria llegaba a un punto muerto tras el hermano del príncipe heredero, que ocupa la segunda posición.
Tal era la conmoción en la Corte, que la princesa Masako acabó sumida en una depresión debido a las presiones a las que estaba sometida por no dar a luz a un varón. Entre tanto, el Parlamento llegó a plantear el debate para abolir una ley que abocaba a la Casa Imperial a la extinción y que hubiera permitido asi a Aiko suceder a su padre. Sin embargo, en 2006 la princesa Kiko dio a luz a Hisahito y los planes se paralizaron. El pequeño pasó a ocupar la tercera posición en la línea sucesoria y Aiko vio alejarse a sus opciones para reinar.
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