Con solo 35 años, el príncipe Albert von Thurn und Taxis ya es el jefe de una de las casas nobiliarias más importantes y antiguas de Alemania y Europa. Su familia, creadora del servicio postal europeo en el siglo XVI, ha acumulado inmensas riquezas a lo largo de seis siglos. El hogar de los Thurn und Taxis, el palacio de San Emerano, en la ciudad de Ratisbona, es el fiel reflejo del poderío de esta dinastía. Se trata de la residencia privada más grande del continente, con más de 500 habitaciones de estilos barroco, rococó e imperio y una abadía benedictina del año 700.
Hasta la fecha, Albert vivía solo con su madre, la famosa princesa Gloria von Thurn und Taxis, en este inmenso palacio. Pese a ser uno de los solteros de oro de la nobleza europea, siempre ha estado muy centrado en su formación y trabajo. Realizó el servicio militar, estudió Economía y Teología en la Universidad de Edimburgo y actualmente se dedica a ayudar a su madre en la gestión del patrimonio familiar (latifundios, castillos y participaciones empresariales), a terminar su doctorado en Roma y a su verdadera pasión: ser piloto de carreras.
Pero, según la revista alemana Bunte, el príncipe, al que la revista Forbes llegó a coronar como uno de "los 20 jóvenes royals más sexys del mundo", ya habría encontrado a su princesa azul. La joven en cuestión ha llegado al mágico reino de los Thurn und Taxis desde París, la capital del amor.
Se llama Pia d’Iribarne, es parisina, tiene 32 años y es considerada una "genia" de las finanzas. Estudió Economía en la Universidade Nova de Lisboa y Negocios en la Escuela de Estudios Superiores de Comercio de París (HEC Paris), una de las más prestigiosas del mundo. Antes de cumplir los 30, ya era vicepresidenta de Accel Partners, una importante empresa de inversión y administración de activos en Londres. Es un "as" en todo lo relacionado con capital de riesgo y capital privado, lo que le valió que Forbes la incluyera en su codiciada lista de “Los 30 empresarios con menos de 30 años” de 2017.
A comienzos de este año, Pia dejó Accel para convertirse en socia de Stride, un nuevo fondo de capital de riesgo con base en Londres que está especializado en el sector tecnológico y las llamadas “startup” o empresas emergentes. Ahora, vive entre la capital británica y París, pero quién sabe si algún día podría llegar a mudarse al palacio de San Emerano, en Ratisbona. Sin duda, sería una excelente princesa consorte, capaz de administrar con maestría el inmenso patrimonio que han acumulado los von Thurn und Taxis durante siglos.
La prensa alemana apunta que el príncipe Albert y Pia se conocieron en la boda de unos amigos en común en Roma y que desde entonces son inseparables. Habrían recibido el Año Nuevo juntos en Mauricio, en el océano Índico, y ahora la financiera sería uno de los grandes apoyos del aristócrata, que acaba de perder a su tía, la condesa Maya Schönburg-Glauchau. ¿Sonarán campanas de boda en la Abadía de San Emerano? El tiempo lo dirá.