La abdicación de Mohamed V como Rey de Malasia se produjo de manera inesperada y sin dar demasiadas explicaciones. El jefe del Estado, que llevaba dos años en el poder y aún le quedaban tres para completar su mandato, según el peculiar sistema de monarquía rotatoria que existe en el país, renunció a la Corona aunque mantiene su título de Sultán de Kelantan. Aunque en la carta con la que anunció su dimisión no especificaba las razones, su reciente boda con Oksana Voevodina, ganadora del certamen de Miss Moscú en 2015, podría tener algo que ver en esta repentina decisión.
Hace poco más de un mes, el enlace entre el Rey de Malasia, de 49 años y la modelo, estudiante de empresariales, de 25, sorprendió a los ciudadanos del país asiático por la poca información que existía en torno a esta relación. Aun así, los malayos acogieron la noticia con alegría a juzgar por la cantidad de felicitaciones que le expresaron a través de las redes sociales.
La espectacular fiesta se celebró en una sala de conciertos a las afueras de la capital rusa y combinó las tradiciones nupciales de Rusia con los ritos y costumbres malayos. Antes de contraer matrimonio, la modelo tuvo que convertirse al islam adoptando el nombre de Rihana, religión mayoritaria del país, y borró todo rastro posible de su actividad en las redes sociales.
La prensa de Malasia cree que la pareja se conoció hace un año, aunque no existe confirmación oficial. Oksana, que desarrolló buena parte de su carrera como modelo en China y Tailandia, estudiaba empresariales en la universidad cuando decidió dar a su vida un cambio radical y convertirse en la primera dama de Malasia. Sin embargo, en un giro de los acontecimientos, el Monarca ha decidido abandonar el trono y aunque sigue siendo sultán, sus planes son por ahora una incógnita.
Mohamed V, sultán de Kelantan, se coronó en 2016 tras una ceremonia fastuosa llena de ostentosidad y dagas reales, que consiste en venerar el Corán para después, tomar juramento sobre un trono de oro. Es un ritual centenario al que asisten más de un millar de personas en el que el Monarca se compromete a gobernar “de manera justa para sostener la fe islámica y asegurar un gobierno justo”. La peculiaridad es que Malasia es una monarquía constitucional rotatoria, es decir, que mientras que los sultanatos –hay nueve en el país- sí son hereditarios, cada cinco años un consejo de sabios consensuan en una reunión secreta quién llevará la corona. Precisamente este Consejo se reunió de forma extraordinaria la semana pasada lo que desató los rumores. Ahora debe nombrar al sucesor de Mohamed V el próximo 24 de enero.