No es un debate nuevo, es más, se repite cada vez que se casa una mujer de la Familia Imperial. Atendiendo a una ley de 1947, el “sí, quiero” de las princesas a un hombre que no sea de la familia supone la pérdida de su condición de Alteza Imperial y de sus funciones de representación. Cuando apenas ha pasado una semana de la boda de la princesa Ayako, y su consiguiente salida de la familia, el Gobierno aplaza esta discusión hasta que el nuevo emperador ocupe el trono.
Ha sido la agencia japonesa Jiji Press la que comunica que el Gobierno no entrará en debates profundos sobre este tema al menos hasta que el príncipe heredero Naruhito acceda al trono, un relevo que está previsto para el próximo 1 de mayo. “Se debe hacer un análisis completo y es necesario que haya un consenso nacional”, dijo el Primer Ministro japonés, Shinzo Abe, que por cierto ocupó un lugar en la mesa presidencial en la boda de Ayako.
¿Quién es quién en la Familia Imperial Japonesa?
El mandatario, que también fue uno de los que decidió la cantidad que recibió la Princesa en concepto de compensación por quedar fuera de la Familia Imperial, añadió que sobre la propuesta de crear ramas imperiales femeninas hay muchas opiniones diferentes. Una vez más sale a relucir el refrán de “las cosas de palacio van despacio”, algo que en Japón se lleva su máxima expresión, como muestra el largo proceso que han atravesado desde que el emperador Akihito comunicó su deseo de dejar el trono en manos de su hijo hasta que se hará efectivo, la próxima primavera.
The Japan Times por su parte pone el foco en la raíz de esta propuesta y es que permitir que las princesas permanezcan en la familia después del matrimonio es la única manera de frenar la disminución del número de miembros, ya bastante mermado, que pueden llevar a cabo funciones oficiales dentro de la Casa Imperial. Hay que recordar además que en la nueva generación, es decir, de los cuatro nietos de los actuales emperadores solo uno es varón, Hisahito, que tiene dos hermanas mayores, Mako y Kako, y está llamado a suceder algún día a su tío al trono.
Por su parte, los futuros emperadores, Naruhito y Masako, solo son padres de Aiko, una princesa nacida en cuna de oro y educada para representar al Imperio del Sol Naciente que también perderá su estatus y sus funciones si cuando llegue el día de su boda no se ha reformado esta ley.
El citado medio señala que la cautela de Abe sobre este tema viene motivada por los temores de los sectores más conservadores de que miembros femeninos de la Familia Imperial o personas por la línea de sangre materna pudieran acceder al trono. La opinión predominante dentro del Gobierno, según The Japan Times, es que será muy difícil alcanzar un consenso sobre este tema.