Nicholas de Rumanía y Alina-Maria Binder, la boda 'real' a la que no acudirá ningún miembro de la realeza

El nieto mayor del rey Miguel se casa el 30 de septiembre con una periodista. Fue príncipe y alteza real, pero ya no cuenta con el apoyo de los 'royals'

por Martín Bianchi

Miguel de Rumanía fue uno de los monarcas más queridos por la realeza europea: primo favorito de doña Sofía, gran amigo de Isabel II y testigo de excepción de las grandes citas del Gotha durante casi un siglo. Aunque tuvo que dejar el trono en 1947, el 16 de diciembre del año pasado recibió un funeral con honores de Estado en su país y muestras de cariño de las testas coronadas de todo el continente. En primera fila estaban don Juan Carlos y doña Sofía, Carlos de Inglaterra, Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, Enrique de Luxemburgo, Simeón de Bulgaria, Ana María de Grecia y numerosos príncipes como Muna de Jordania o Manuel Filiberto de Saboya.

El próximo 30 de septiembre, Nicholas Medforth-Mills, nieto mayor del rey rumano, se casará con la periodista Alina-Maria Binder en la ciudad de Sinaia, antiguo refugio estival de la familia real a los pies de los Montes Cárpatos. El fabuloso castillo de Peles, mandado a construir por Carlos I de Rumania en el siglo XIX, parece el escenario perfecto para el enlace de un novio que desciende de la milenaria dinastía Hohenzollern, emparentada con casi todas las casas reales europeas.

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Sin embargo, ningún miembro de la familia real rumana ni de ninguna otra familia real acudirá a la ceremonia. Un portavoz del Palacio Elisabeta de Bucarest ha querido aclarar a ¡HOLA! los motivos de esta decisión. “El Sr. Nicholas Medforth-Mills no tiene título real y no es miembro de la familia real de Rumanía. Tampoco figura en la línea de sucesión al trono. Solo es hijo de su alteza real la princesa Elena y, por lo tanto, sobrino de su majestad Margarita, guardiana de la corona rumana”, apuntan. “Su matrimonio no es un matrimonio real oficial, solo un enlace privado. La casa de su majestad no tiene nada que ver con esta ceremonia y ningún integrante de la familia real rumana asistirá”, concluyen.

Auge y caída

Sin embargo, hubo un tempo en que Nicholas sí fue príncipe y formó parte de la familia real rumana. Cuando nació, el 1 de abril de 1985, el hijo de la princesa Elena y del profesor inglés Robin Medforth-Mills se convirtió en un posible sucesor de su abuelo, el rey Miguel. Entonces, Nicholas era el nieto mayor y el único varón de esta familia, una dinastía que se remonta al año 1061. De hecho, de pequeño pasó largas temporadas con sus abuelos en su residencia de Versoix, en Suiza, donde compartió la afición del monarca por los coches y la mecánica.

El 19 de abril de 1992, con solo ocho años, Nicholas realizó su primera aparición pública en un acto oficial en Rumanía, acompañando al rey Miguel y a la reina Ana en la celebración del Día de Pascua. En 2007, con 22 años, su abuelo le otorgó el título de príncipe y le nombró tercero en la línea de sucesión.

Su destino real se torció en el verano de 2015, cuando Miguel I le retiró el título, el tratamiento de alteza real y su posición en la línea de sucesión. El monarca consideró que la casa real necesitaba a un representante que actuara con más “modestia, equilibrio y principios morales”.

Fue la propia madre de Nicholas, la princesa Elena, quien confirmó en un comunicado lo que se venía rumoreando en Rumanía: que su hijo había podido ser apartado tras tener una hija ilegítima. “El rey estaba profundamente entristecido porque Nicholas no había hecho nada para aclarar la paternidad de su supuesto hijo, una niña de casi dos años. Esto muestra una inaceptable falta de responsabilidad”, dijo la princesa. El joven ya ha aclarado que sí ha intentado reconocer a la niña, pero que se ha encontrado con numerosos obstáculos.

A finales del año pasado, semanas antes de que Miguel de Rumanía falleciera, su nieto intentó verle en su casa de Suiza. Según la casa real rumana, atacó “física y verbalmente” a varios empleados. Poco después, el rey falleció tras una larga enfermedad. Nicholas caminó detrás del ataúd de su abuelo en su funeral. Y publicó en sus redes sociales: “Perdí a mi mejor amigo, mi abuelo, pero me considero un hombre afortunado porque tuve el privilegio de ser criado y formado por él: con el sentimiento de deber al país y la promesa de que siempre voy a tratar de hacer que esté orgulloso de mí”.

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