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Se abre un futuro repleto de incógnitas para Lalla Salma tras su divorcio de Mohamed VI, una noticia que adelantábamos este miércoles en primicia tras ser confirmada a ¡HOLA! por varias fuentes cercanas a Palacio. Después de 16 años de matrimonio y dos hijos en común con el soberano alauí, lo más probable es que su vida se desarrolle lejos de la esfera pública. Como madre de los príncipes Moulay Hassan (el heredero al trono) y Lalla Khadija seguirá teniendo un importante papel a su lado, pero siempre a nivel privado. Se especula con que podría pasar una temporada fuera de Marruecos, quizás en Francia, donde tiene muchos amigos, o en Grecia, su destino preferido de vacaciones, donde posee, además, una casa.
En estos años, Lalla Salma ha brillado en cada uno de sus compromisos gracias a su dominio del árabe, francés, inglés y algunas nociones muy básicas de español. También ha mostrado su valía al frente de la fundación contra el cáncer que presidía y como embajadora de buena voluntad de la Organización Mundial de la Salud. La última vez que la vimos ejerciendo como tal fue en octubre de 2017 cuando asistió en Montevideo, Uruguay, a la Conferencia Mundial de la OMS sobre las Enfermedades No Transmisibles, un momento al que corresponde la siguiente imagen. Ahora surgen numerosos interrogantes. ¿Qué va a pasar con su fundación? ¿Y con su papel en la OMS? Es todo un misterio.
Cuando se casaron se rumoreó que Salma Bennani (nombre de soltera) había sido elegida por el Rey de Marruecos de una lista de 50 candidatas, sin embargo, fuentes cercanas a Palacio aseguraron en aquel momento que su historia de amor había sido mucho más normal. Se conocieron en 1999, semanas antes del fallecimiento de Hassan II, padre de Mohamed VI, y su matrimonio llegó después de tres años de relación. Cabe destacar que el padre de Lalla Salma, profesor de la Universidad de Fez, desciende de los Bennani, vinculados a la Familia Real desde hace varias generaciones.
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La boda tuvo lugar el 21 de marzo de 2002 en el palacio real de Rabat. Tras la ceremonia religiosa, los novios bebieron leche y comieron dátiles, siguiendo una tradición milenaria en la que la esposa del Rey le ofrece a éste tomar de su copa y comer el fruto de la palmera, y viceversa.
Mohamed VI rompió el secretismo absoluto que hasta ese momento implicaba el matrimonio del soberano y todas las miradas se volvieron hacia Lalla Salma, una joven bellísima de larga melena pelirroja y rizada. Algunos sectores soñaron con que se convertiría en "la Rania del Magreb", pero el propio Rey matizó lo siguiente a la revista Paris Match: "No hay Reina en el Islam, y por tanto, la cuestión no se plantea, al menos, en Marruecos".
Sin embargo, su papel no ha sido el mismo que tuvo su suegra, la bereber Lalla Latifa Hamú, cuyo rostro desconocían la mayoría de los marroquíes porque no aparecía ni siquiera en las fotografías familiares. Lalla Salma ha sido la primera mujer de un soberano alauí en ostentar el título oficial de alteza real, introduciendo la función de primera dama en Marruecos, un camino iniciado, en cierto modo, por las hermanas de Mohamed VI, las princesas Lalla Meriam y Lalla Hasna.
Después de 16 años caminando junto a Mohamed VI, Lalla Salma comienza una nueva etapa en su vida a la edad de 39 años. Es licenciada en Ingeniería y diplomada en Informática, y antes de su boda formó parte del mayor 'holding' empresarial de Marruecos. Quienes trabajaron con ella aseguran que es una mujer muy culta, independiente y simpática.
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