Lalla Salma, la princesa que rompió con la tradición
Licenciada en Ingeniería y diplomada en Informática, ha sido la primera mujer de un soberano alauí en ostentar el título oficial de alteza real
Con Lalla Salma se rompió la tradición de que la esposa del Rey era solamente "la madre de los príncipes", sin cometido especial alguno fuera de tal papel. La esposa de Mohamed VI, además de ser la primera mujer de un soberano alauí que ha sido presentada a los medios de comunicación, era una dama volcada en su trabajo como embajadora de buena voluntad de la Organización Mundial de la Salud. Su dominio del árabe, francés, inglés y algunas nociones muy básicas de español le permitieron brillar en cada uno de sus compromisos.
La princesa Lalla Salma introdujo la función de primera dama en Marruecos, un papel que existe en todos los países donde las esposas de los jefes de Estados son visibles. Salma Bennani (nombre de soltera) y Mohamed VI se casaron el 21 de marzo de 2002 y lo primero que hizo el soberano fue presentarla en público. Además, le otorgó el título oficial de alteza real, algo inédito en la dinastía alauí.
El perfil moderno de Lalla Salma no contemplaba el harén, y Mohamed VI tomó la histórica decisión de ser hombre de una sola esposa. Sin embargo, en Marruecos siguen conservando ciertas tradiciones, entre las que destaca la aceptación de un discretísimo segundo plano, algo que vimos reflejado durante las fiestas conmemorativas de la coronación de Mohamed VI en agosto de 2011, cuando la princesa contempló la ceremonia oculta tras el fastuoso enrejado de su palación de Tetuán.
Su melena pelirroja y rizada es una de sus señas de identidad. Además, la que fuera esposa del Rey de Marruecos no usaba velo ni solía peinarse con recogidos. En una corte con tan férreo protocolo como la marroquí, Lalla Salma se impuso como un referente de moda para las mujeres de su país y solía alternar los tradicionales caftanes, con opulentos bordados, con diseños europeos, más vanguardistas, como los trajes pantalón, que utilizaba en comparecencias oficiales. Siempre, además, se adornaba con fantásticas joyas.
La princesa Lalla Salma, que es licenciada en Ingeniería y diplomada en Informática, nació en Fez en mayo de 1978 en el seno de una familia de clase media. Hija de un profesor de la Universidad de Fez, perdió a su madre con apenas tres años de edad. Fue criada por su abuela en Rabat, junto a una hermana que, en el momento de su boda con Mohamed VI, trabajaba como médico en Marruecos.
Poco después de conocer al soberano, entró a trabajar en la ONA (Omnium Nord-Africaine), el mayor 'holding' empresarial de Marruecos. Quienes la conocen y quienes han trabajado cerca de ella afirman que se trata de una mujer muy preparada y culta, que frecuentemente acudía al trabajo con vaqueros y camisa. "Era una chica normal, muy educada y simpática", decían algunos de sus compañeros en la citada empresa. Por otra parte, personas de su entorno afirmaban poco antes de la boda: "Salma es una chica independiente, que lleva una vida normal. Hasta hace muy poco se la veía paseando tranquilamente por la avenida Mohamed V de Rabat o haciendo 'footing' en el parque que hay junto al hotel Hilton".