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Los palacios de las familias reales de Europa, concretamente sus residencias oficiales, son al final grandes conocidos de los lectores por las audiencias, las recepciones, las cenas de gala y otras solemnes ceremonias que allí se celebran, cuando no por las visitas turísticas (muchos de ellos abren las puertas al público durante determinados periodos del año a algunas de sus estancias) que albergan. Pero los verdaderos hogares de los reyes y los príncipes, marco de su intimidad familiar, muy rara vez se muestran públicamente. Alguna que otra ocasión, para dar un trato más familiar a sus invitados de honor o para señalar un aniversario por todo lo alto, motiva una reunión o una excepcional sesión fotográfica en casa.
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Casualmente la semana pasada pudimos entrar en varias de las residencias reales. Por un lado el viaje oficial de los Duques de Cambridge a Suecia y Noruega propició dos distendidos encuentros en los salones del palacio de Haga de Victoria y Daniel de Suecia y del palacio de Skaugum de Haakon y Mette-Marit de Noruega, y por otro el 50º cumpleaños de Felipe VI emplazó a todos los españoles en el comedor del Pabellón de los Reyes en la Zarzuela. Pero tiempo atrás estuvimos también en el palacio de Kensington de los Duques de Cambridge en Londres, en la Villa Eikenhorst de Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda en Wassenaar y en el palacio de Amalienborg de Federico y Mary de Dinamarca en Copenhague.
Pase y entre al hogar, dulce hogar, de las familias reales… Dependiendo de los propios gustos de cada uno, unos preferirán la sencillez de la española, otros la luminosidad de la sueca, otros el esplendor de la británica, otros la holgura de la danesa… Si fueras un miembro de la realeza, ¿dónde te gustaría vivir a ti?
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