Era la primera comparecencia pública de los dos juntos y pocas palabras hacían falta para hablar de sus sentimientos. Sus rostros lo dicen todo por sí solos. La princesa Mako de Japón y su novio Kei Komuro, su excompañero de universidad, han celebrado el “Nosai no Gi” o lo que es lo mismo el anuncio oficial de su compromiso. Mako y Komuro, que tienen 25 años, expresaron su “gran alegría” por estar comprometidos y por el visto bueno que han obtenido del emperador Akihito, abuelo de la novia.
“Me sentí verdaderamente feliz cuando él se me declaró a finales de 2013, y acepté en el momento” explicó Mako en una rueda de prensa en la residencia imperial de Akasaka (en Tokio). Por su parte el novio aseguró que es consciente de “la grave responsabilidad” que supone casarse con la Princesa y mostró también su deseo de “crear una familia armoniosa”. Desvelaron además algunos detalles sobre su historia de amor, que comenzó hace cinco años en 2012.
Fue durante una reunión informativa de la Universidad Internacional Cristiana de Tokio, donde ambos cursaban sus estudios, para alumnos que estaban interesados en programas internacionales. Actualmente la Princesa trabaja como investigadora en un museo de Tokio, mientras que Komuro es asistente legal en un bufete de abogados en la ciudad de Yokohama (al sur de la capital) y además cursa un máster en Derecho de Empresa.
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Este compromiso, cuyo anuncio ya adelantaron los medios nipones el pasado mes de mayo, supone un gran cambio para la novia. Las normas que rigen la Casa Imperial desde 1947 establecen que las mujeres que nacen en su seno pierden su estatus de Alteza Imperial y las funciones de representación al contraer matrimonio con un hombre que no pertenezca a la Familia Imperial. Este fue el caso de la única hija de los actuales Emperadores, la princesa Sayako que salió de la casa tras su boda con un funcionario del gobierno de Tokio en 2005, convirtiéndose en Sayako Kuroda.
Mako es la hija mayor del príncipe Akishino, segundo hijo del Emperador y segundo en la línea de sucesión al trono del Crisantemo tras el príncipe heredero Naruhito. Su futura boda, que podría celebrarse el próximo año, ha reabierto de nuevo el debate sobre las leyes de sucesión imperantes en el país, ya que muchos se preguntan si la institución sobrevivirá a una constante merma en sus miembros debido a estas normas. Y es que además Mako se había convertido en una de las embajadoras de la Casa Imperial que rejuvenecían la institución en los distintos actos y viajes en los que participaba, poniendo sobre sí las miradas internacionales y recibiendo halagos por su labor.