El príncipe Akishino y su hija Mako se encuentran de viaje en Hungría con una agenda que incluye desde visitas a museos, especialidad que la Princesa cursó en el Reino Unido, hasta ganaderías, materia en la que el Príncipe es experto. Mientras, en Japón, todos se preguntan si este es el último viaje de soltera con su padre de la nieta mayor de los emperadores.
A la vez que padre e hija recorren Budapest, los medios japoneses avanzan que será el 3 de septiembre cuando tenga lugar el “Nosai no Gi” o, lo que es lo mismo, el anuncio de compromiso de la princesa Mako con Kei Komuro, su compañero de la universidad de Tokio. Con esta fecha a la vuelta de la esquina, en el país se analiza este viaje en clave de despedida y como el inicio de una cuenta atrás.
Desde que se dio a conocer el noviazgo de Mako, en el Imperio se reabierto el debate sobre una posible reforma que permita a las Princesas permanecer en la Casa Imperial tras su matrimonio, de modo que puedan seguir ejerciendo labores de representación en una familia cada vez más mermada en número. De no llegar esta reforma, cumpliendo con la normativa que rige desde 1947, el “sí, quiero” de la Princesa marcaría su salida de la Casa Imperial, ya que hasta ahora está estipulado que las mujeres que nacen en su seno pierden su estatus de Alteza Imperial y las funciones de representación al contraer matrimonio con un hombre que no pertenezca a la Familia Imperial.
Aunque estos días en Hungría se tratan de un viaje privado, los pasos de Mako son muy seguidos en los últimos años. Desde que terminó sus estudios de postgrado Inglaterra, la joven de 25 años ha cumplido con una atareada agenda oficial que incluye varios viajes en solitario al extranjero en representación de sus abuelos los emperadores Akihito y Michiko.