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La felicidad que Ernst August y su novia Ekaterina Malysheva podían sentir a cuatro días de su boda se ha visto nublada por las declaraciones que Ernesto de Hannover ha realizado en el periódico Handelsblatt, donde se opone públicamente al matrimonio de su hijo con la diseñadora rusa.
En dicha entrevista, el todavía marido de Carolina Mónaco no sólo desea impedir el matrimonio de su primogénito sino que ha anunciado que emprenderá acciones legales para recuperar todos los bienes que cedió a su hijo en 2005, entre ellos el castillo de Marienburg- donde se celebrará la celebración posterior al enlace religioso de este sábado- el castillo de Grünau en Austria, la presidencia de la Fundación Duque de Cumberland, y otras propiedades repartidas en Alemania y Austria.
“No ha sido fácil tomar esta decisión porque también involucra a mi hijo. Pero me he visto obligado a hacerlo porque está en juego la preservación de los intereses de la casa de Hannover, incluidos valiosos bienes culturales que son propiedad de la Casa desde hace siglos”, ha confesado. El príncipe teme que, en caso de un hipotético divorcio entre su hijo y Ekaterina, parte de dichas propiedades y bienes de la casa Güelfa queden en manos de la joven rusa.
Además, la oposición de Ernesto supone que el matrimonio de Ernst August y su novia no podrá ser avalado por la casa real británica, pues necesita la aprobación del príncipe, por lo que los futuros hijos que nazcan fruto de este amor no podrán optar a la sucesión en el trono británico.
Esta guerra entre padre e hijo se produce sólo dos días después de que el príncipe de 63 años y sus hijos, Ernest y Christian- que estuvieron acompañados de sus respectivas prometidas-, coincidieran en el enlace de Hermann Prinz zu Leiningen, sobrino de Ernesto de Hannover, con Isabelle Heubach.
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A pesar de esta posible ausencia, la pareja continúa con sus planes y el próximo 6 de julio se darán su primer ‘sí, quiero’ en una ceremonia civil que tendrá lugar en el Ayuntamiento Nuevo de Hannover. Dos días después, el sábado 8 de julio, tendrá lugar la gran boda religiosa, que se celebrará en el imponente castillo familiar, todo un emblema de esta ciudad en la Baja Sajonia. Entre los invitados se espera la presencia de miembros de la realeza, ya que el novio, tiene fuertes lazos con varias casas reales europeas. De hecho, algunos medios como El País, confirman la asistencia del rey Felipe, padrino del novio.
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