Su Majestad Felipe VI presidió este viernes en la plaza de toros de Las Ventas la tradicional Corrida de la Beneficiencia. Es la primera vez que el Rey acude al palco real del coso taurino desde su proclamación como monarca en junio de 2014. Con anterioridad, en 2015, y siendo ya jefe del Estado Don Felipe asistió a la plaza madrileña, pero desde una barrera y no desde el palco real. El soberano acudió solo, sin su esposa la Reina Letizia.
La última vez que el Rey Felipe presidió esta corrida desde el palco real fue en 2011 cuando aún era Príncipe de Asturias. El año pasado presidió este festejo Don Juan Carlos, un gran aficionado a los toros que este año también ha acudido a varias corridas.
A su llegada al acto Felipe VI fuer recibido por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, y el consejero de Presidencia, Justicia y portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, entre otras personalidades.
Una gran ovación recibió al monarca en el coso que agradeció levantándose de la tribuna. Acto seguido se interpretó el himno nacional y comenzó la corrida en la que 'El Juli', que cortó la única oreja del festejo, José María Manzanares y Alejandro Talavante lidiaron toros de Victoriano del Río
El evento taurino, uno de los más importantes y con mayor arraigo de la Feria de San Isidro, abarrotó la plaza de aficionados entre los que se encontraban muchos rostros conocidos. La llegada de Felipe Juan Froilán levantó especial revuelo entre los curiosos que no dudaron en hacerse fotos con él. También pudo verse entre el público a la politíca Andra Levy, que compartió barrera con el escritor Fernando Sánchez Dragó, a Nuria González, a René Ramos a la modelo Nieves Álvarez, a Cari Lapique y a los diestros Miguel Báez 'El Litri' y Manuel Manzanares. Al final el acto, el Rey mantuvo un encuentro con los toreros y sus cuadrillas.
La Corrida de la Beneficiencia se remonta a la época de Felipe II, que dispuso dispuso que cada año se celebrase un festejo taurino cuya recaudación se destinaría al Hospital General, que atendía a enfermos cuya pobreza les impedía costear cualquier tratamiento. Tras diversas vicisitudes a lo largo de la historia, la primera Gran Corrida Extraordinaria de la Beneficencia tuvo lugar en 1856.