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Año nuevo, planes nuevos. Y es que Akihito de Japón, que meses atrás anunciara su deseo de ceder la Corona llegado el día en el que no pudiera asumir sus responsabilidades, comienza el Año Nuevo con el propósito de visitar Vietnam a principios de marzo, en repuesta a las muchas invitaciones recibidas de los líderes vietnamitas que han visitado a su vez el Imperio del Sol Naciente.
Sería el primer viaje oficial al extranjero del emperador Akihito y la emperatriz Michiko desde enero pasado, cuando viajaron a Filipinas, así como también el primero fuera del país desde que el Emperador se refiriera a su avanzada edad y a sus problemas de salud como posibles impedimentos en el cumplimiento de sus funciones públicas en un mensaje de video sin precedentes dirigido al pueblo nipón, que convocó un comité consultivo para estudiar la viabilidad de la abdicación.
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La agenda oficial está cargada y, después de este viaje de alrededor de cinco días a Vietnam, el Emperador y la Emperatriz recordarán el próximo 11 de marzo a las víctimas del devastador terremoto y tsunami de Japón de 2011, del que se cumplen seis años. Otros eventos programados de la pareja imperial incluyen, en mayo, una ceremonia de plantación de árboles en la prefectura de Toyama; desde finales de septiembre hasta principios de octubre, el Festival Nacional de Deportes en la prefectura de Ehime, y en octubre, un evento nacional que promueve la conservación del medio ambiente marítimo en la prefectura de Fukuoka. También se espera que el príncipe Naruhito asista en febrero a la ceremonia de apertura de los Juegos Asiáticos de Invierno 2017 en Hokkaido en nombre del Emperador; que la princesa Mako, nieta de los Emperadores e hija del príncipe Akishino y la princesa Kiko, visite Bután a sus tan sólo 25 años, y que su hermana pequeña, la princesa Kako, de 22, lleve a cabo algunos compromisos oficiales en Japón, siendo prioritarios sus estudios en la Universidad Cristiana Internacional de Tokio.
La agenda oficial de los Emperadores para 2017 ha trascendido con ocasión de las celebraciones de Año Nuevo. Unas ceremonias que reunieron a toda la Familia Imperial, incluida a la princesa Aiko, que reaparecía delgada como hace un mes en su 15º cumpleaños, pero bastante recuperada de los problemas de salud que la obligaron a ausentarse un mes del colegio. Como es tradición, el emperador Akihito volvió a saludar a la gente de bien desde el blacón del Palacio Imperial y otra vez a batir récord de múltitudes. Fue su segunda aparición de Año Nuevo más concurrida desde que ascendiera al Trono del Crisantemo en 1989 con una afluencia de 96.000 japoneses: "Tengo la esperanza de que las personas puedan llevar una vida tranquila y espiritualmente rica este año. Rezo por la paz y la felicidad de la gente de Japón y los pueblos del mundo".
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