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Las dos hijas de Rania de Jordania cada día se parecen más a su madre. No sólo por su aspecto físico, el estilo, que cada vez muestran con más personalidad, también está claramente inspirado en su madre, alabada internacionalmente por sus elegantes “looks”.
Las princesas Imán y Salma ya están prácticamente integradas en la agenda institucional de sus padres, sobre todo en la de su madre, a la que acompañan desde hace algunos años a actividades benéficas, en la mayor parte de los casos. Ambas ya han cumplido una edad (20 años Imán y 16, Salma) en la que su presencia en algunos actos va cargada de un significado continuista de la monarquía muy necesaria en los últimos tiempos.
Los estilismos que eligen, así como la elegancia, parte fundamental de su saber estar, recuerdan mucho a los de su madre, considerada en todo el mundo como un referente de estilo. El pelo, la ropa y, por supuesto, el gran parecido físico que mantienen con su madre, hacen que resulte imposible no pensar que son hijas de la reina de Jordania. Ambas han heredado la belleza, el carácter y la presencia de su madre.
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El mejor ejemplo: la última foto compartida por Rania de Jordania en su cuenta personal de Instagram. Una bonita imagen de las tres en las que el parecido de sus hijas con ella salta a la vista. No sólo lucen el mismo peinado, si no que el maquillaje y los tonos elegidos para sus conjuntos también van a juego. Resulta evidente la enorme influencia que supone su madre en ellas en este y, probablemente, en el resto de aspectos de las dos princesas.
Y es que, aunque ninguna de ellas heredará el trono (lo hará su hermano Hussein, el mayor de los cuatro hijos del matrimonio regente), su educación ha sido cuidada al detalle con el objetivo de reforzar la imagen que tanto han mejorado el rey Abdalá y su impresionante esposa.
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