Simeón Hassan de Bulgaria, otro luchador nato como su padre, Kitín Muñoz
El hijo de la princesa Kalina y del aventurero Kitín Muñoz visitó una escuela de artes marciales en Rabat e hizo una demostración del Kung fu que se aprende en la academia
Simeón Hassan de Bulgaria no tiene ni diez años y ya comienza a defenderse solo. El hijo de la princesa Kalina y el aventurero Kitín Muñoz demostró ser todo un luchador nato como su padre durante una visita a una escuela de artes marciales en Rabat (Marruecos), donde hizo una exhibición junto a otros estudiantes de la disciplina del Kung fu que allí se imparte. Con el kimono tradicional, el pequeño practicó algunas posiciones y técnicas bajo la supervisión del director de la academia y dio en cada puño y en cada saludo las primeras manifestaciones de que es fiel reflejo de su padre y que, al igual que él, no será tampoco un hombre que se deje vencer por las dificultades.
Tiene en Kitín Muñoz a su mejor maestro, que después de haber descendido el Nilo en piragua, de haber cruzado el Mediterráneo (de Montecarlo a Túnez) en una tabla de windsurf, de haber atravesado España y parte de Marruecos en ultraligero, de haber convivido con una comunidad indígena de las islas Fidji, de haber viajado al Polo Norte y de haber atravesado los océanos en balsas fabricadas con juncos, emprendió las dos aventuras más apasionantes (y apasionadas) de todas: como marido, desde principios del nuevo milenio (2002), junto a la princesa Kalina de Bulgaria (hija menor del rey Simeón de Bulgaria) en quien encontró su alma gemela, una persona que como él ama por encima de todo la libertad y huye de los convencionalismos establecidos, y como padre del precioso Simeón Hassan, que nació en 2007 en el hospital Lozenets en Sofía (Bulgaria).
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Tiene también en su abuelo materno, Simeón de Bulgaria, protagonista de Un destino singular, otro de sus referentes. "Deseo que mi hijo crezca en el ambiente en el que vivió mi padre antes de ser expulsado al exilio por los comunistas, cuando llegaron al poder en el año 1946. Deseo que mi hijo herede todas las virtudes de su abuelo, el Rey de Bulgaria", declaró su madre, la princesa Kalina, con motivo del bautizo de su hijo, que recibió el sacramento por el rito cristiano ortodoxo en el palacio de Tsarska Bistritsa de Bórovets, a unos 60 kilómetros de Sofía.
El pequeño Simeón Hassan lleva el nombre del último rey búlgaro y el de Hassan II, padre de Mohamed VI, con quien la princesa Kalina y Kitin Muñoz mantenían una profunda amistad. Tanto es así que su padrino de bautismo fue el Rey de Marruecos, pero al no poder asistir a la ceremonia, en el acto lo sustituyó el rey Simeón, mientras que Irene de Grecia, la hermana de la reina Sofía, ejerció de madrina en una ceremonia celebrada en la ermita de la residencia familiar.
Las aventuras de la familia se desarrollan entre Marruecos, tierra natal de Kitín Muñoz, donde han residido largas temporadas y en donde incluso han estado viviendo con su hijo en una jama -"puede parecer una locura por el niño, pero no hay que darle mayor importancia. Allí es una cosa muy natural"-; entre España, donde reside gran parte de la familia búlgara, y ahora también entre Bulgaria desde que la princesa Kalina y su hijo obtuvieran la nacionalidad. Escenarios para unas vidas épicas como las suyas.