La reina Sofía asistió este fin de semana a la boda del año en Reino Unido. Y es que Alexandra Knatchbull, hija de Lord y Lady Brabourne -grandes amigos del Príncipe de Gales- y bisnieta de Lord Mountbatten, emplazaba a la crème de la crème de la sociedad británica y del mundo entero a ser testigos de su ilusionado sí, quiero a su prometido, Thomas Hooper, en la abadía de Romsey, Hampshire.
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Encabezaba la lista de invitados nacionales Isabel de Inglaterra, que llegó al templo en último lugar, como manda el protocolo, y del brazo de su apuesto marido, el Duque de Edimburgo. Era la pareja de mayor rango, pero su hijo el príncipe Carlos, con chaqué gris para la ocasión, fue quien tuvo el mayor honor: llevar a la novia al altar. También acudió a la celebración la princesa real Ana, que acompañaba en el servicio religioso a sus padres y a su hermano luciendo un traje de color lila de corte similar al de la Reina de Inglaterra.
No era de extrañar la importante presencia real, dados los lazos que unían a la protagonista del día con la Familia Real británica. Alexandra Knatchbull es la bisnieta del difunto Lord Mountbatten, que murió por la explosión de una bomba colocada por el IRA en su embarcación de recreo en Mullaghmore, County Sligo, Irlanda, y a su vez es la ahijada de la recordada lady Diana, Princesa de Gales.
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Su padre, Lord Brabourne Norton, es el ahijado del Duque de Edimburgo y uno de los padrinos del Duque de Cambridge, además de un amigo de toda la vida del príncipe Carlos. Tanto es así que el Heredero ejerció de best man el día de su boda con su esposa, Lady Penélope. El hermano de Alexandra Knatchbull, Nicholas, también asistió a la escuela con el Duque de Cambridge, del que fue mentor a lo largo de sus estudios en Eton.
Las invitaciones habían llegado a los buzones de otros palacios. Y el día D a la hora H, después de tantos meses de preparativos con el mayor esmero, no faltó nadie: a la realeza local se unió también la realeza extranjera, como la reina Sofía y Constantino y Ana María de Grecia, que se desplazaron a Reino Unido a principios de la semana para celebrar el gran día de Alexandra Knatchbull y Thomas Hooper.
Apenas dos meses después de aquel almuerzo privado de doña Sofía con la reina Isabel, en la semana de su 90º cumpleaños y en el castillo de Windsor, ambas damas reales volvieron a coincidir en otra ocasión digna de brindis, esta vez por la felicidad de los novios. El beso y las sonrisas de los flamantes recién casados al salir de la abadía no dejaban lugar a dudas de que harán todo lo posible porque así sea.
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