Hay veces que sencillamente un día no es suficiente para marcar un acontecimiento trascendental. Por eso la Ciudad Eterna se convirtió la semana pasada en escenario de eternas celebraciones para Carlos de Borbón y de las Dos Sicilias y su familia. El príncipe Carlos, su esposa, la princesa Camilla, y sus dos hijas, las princesas María Carolina y María Chiara, aprovecharon un largo fin de semana en Roma con motivo de su cita de peregrinación internacional en el Año de Jubileo de la Misericordia, con un cargado programa de actos, para celebrar a la vez la Confirmación de las niñas con una solemne ceremonia en la Catedral de San Pedro.
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El príncipe Carlos subrayó durante su discurso la importancia del paso decisivo que daban sus hijas como cristianas. La princesa María Carolina, Duquesa de Palermo, de punta en blanco y con un Rosario en la mano como recordatorio del momento religioso, recibió la bendición de Su Eminencia el cardenal Renato Raffaele Martino acompañada por su padrino, el príncipe Napoleón.
La princesa María Chiara, vestida idénticamente igual que su hermana mayor, con un vestido con falda de vuelo, una chaqueta corta y unas bailarinas, y coronada con una tiara de flores –única diferencia con ella-, hizo lo propio acompañada por su padrino, el archiduque Martino Habsburgo d'Este, ante los numerosos invitados de sangre azul presentes en el templo, entre los que se encontraba Bruno Gómez Acebo y Borbón, hijo de la infanta Pilar y sobrino del rey Juan Carlos, que acudió junto a su esposa, Bárbara.
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“Deseo agradecer a Su Santidad el Papa Francisco que nos ha dado este extraordinario Año Santo de la Misericordia y por la especial indulgencia plenaria que nos ha concedido de forma benevolente a todos los participantes y a nuestro peregrinaje. (…) Un agradecimiento de lo mas profundo de mi corazón a Su Eminencia el Cardenal Renato Raffaele Martino por su guía y por sus palabras que nos son de gran ayuda, nos reconfortan y nos alientan. Gracias Eminencia por el sacramento de la Confirmación que concederá a mis amadísimas hijas, María Carolina y María Chiara; tengo la certeza de que nunca podran olvidar este momento tan especial y que le estarán siempre agradecidas, recordando este instante con mucho cariño”.
“Gracias tambien a todos vosotros peregrinos, sacerdotes y laicos qua habéis compartido esta importante experiencia de fe. Hoy mis hijas recibirán la Confirmación; esto constituye un paso decisivo en la vida de cada cristiano que implica una gran obtención de responsabilidad con respecto a su Fe y a la Iglesia. (...) Que el Espíritu Santo que hoy invocamos abra los corazones y las mentes de todos nosotros a su acción para que siempre podamos experimentar en la vida la alegría de ser los hijos de Dios”.
-María Carolina y María Chiara de Borbón, las princesas del mar
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Grandes amigos de Alberto y Charlene de Mónaco
El príncipe Carlos de Borbón de las Dos Sicilias, Duque de Castro, nació en Saint-Raphaël en Francia el 24 de febrero del 1963 como hijo único del príncipe Ferdinando de Borbón de las Dos Sicilias, Duque de Castro, y de la aristócrata Chantal Chevron Villette.
El Duque de Castro realizó sus estudios en el Instituto de los Padres Maristas de Toulon, en el Collège Stanislas de Niza y posteriormente estudió en la Universidad Internacional Libre de París. Después ha tenido distintas experiencias empresariales durante 3 años como responsable de una empresa de Relaciones Públicas muy conocida en Nueva York y, a su regreso en Europa, ha colaborado como dirigente, con grandes empresas y con el sector industrial italiano.
Contrajo matrimonio el 31 de octubre del 1998 con Camilla Crociani. Fruto de su unión nacieron en Roma las rubísimas princesas María Carolina (23 de junio del 2003), Duquesa de Palermo; y María Chiara (1 de enero del 2005), Duquesa de Capri, descendientes de una de las mayores fortunas italianas, que a sus 12 y 10 años respectivamente hablan italiano, francés e inglés, tocan el piano y bailan ballet.
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La familia se estableció Mónaco e hizo gran amistad con sus soberanos, los príncipes Alberto y Charlene. Siempre presentes en los actos más importantes del Principado, como en el Día Nacional, en el tradicional Baile de la Rosa... hasta algunos más familiares, como el bautizo de los mellizos, los príncipes Jacques y Gabriella.
También sus pequeñas, con experiencia de mayores, comienzan a hacer agenda en el Principado. Recientemente, fueron embajadoras del mar, dentro del proyecto Passion Sea, una de las iniciativas en defensa del medio ambiente de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco, y meses atrás acompañaron a sus padres a uno de los actos más elegantes del verano pasado, el 55º Festival de TV de Montecarlo. Son solo sus primeras páginas de muchas por rellenar.