La reina Rania ha vuelto a convertirse en protagonista gracias a su impecable labor en ayuda de los que más lo necesitan. La mujer del rey Abdalá fue nombrada Doctora Honoris Causa por la Universidad La Sapienza de Roma (Italia) por su aportación a la cooperación internacional y el desarrollo de las ciencias. En una ceremonia con un significado muy especial, vio reconocida su labor humanitaria y su esfuerzo por difundir la importancia de la educación. Tal y como se esperaba, en cuanto llegó a la Universidad la soberana se convirtió en el centro de todas las miradas. Como dicta el protocolo, llevaba una toga negra con vueltas rojas de raso y cuello con olanes blancos y birrete.
“Necesitamos una nueva forma de pensar. Esto significa: tener valor para cambiar nuestras ideas sobre cosas que pensábamos que sabíamos. Valor para trabajar con gente de la que alguna vez sospechábamos… Así que dejemos que ésta sea una oportunidad para negocios inusuales. Para coaliciones valientes entre amigos lejanos, viejos enemigos y recursos no explotados. Para que los líderes políticos prioricen esta pelea y unifiquen. Para que los líderes religiosos busquen consenso... y unifiquen. Para que la gente entienda lo que está en juego... y unifiquen”, dijo como parte de su discurso en el que hizo referencia una vez más a la crisis de refugiados.
Incansable y admirable
Cuando su esposo, Abdalá II, fue coronado rey de Jordania el 9 de junio de 1999, Rania asumió el papel de Soberana de los hachemitas. Descubrió en este título una obligación para con todos aquellos que necesitaban de su ayuda, de que se hiciera oír y que pudiera utilizar su posición para contribuir con la causa. Ahora, 16 años después, sigue desempeñando su papel de manera ejemplar. Manteniéndose en un segundo plano cuando las circunstancias así lo requieren y dando un paso al frente para alzar su voz contra las ‘batallas’ que toma como propias.
"No soy la clase de persona que se sienta con los brazos cruzados y disfruta del título, porque no creo que se algo para ser disfrutado. Es un mandato", nos confesó en una entrevista con ¡HOLA! coincidiendo con el décimo aniversario de su llegada al trono. "Lo que yo hago es una gota de agua en el océano, pero todos tenemos que aportar nuestro granito de arena", añadió. Sin duda, todo un ejemplo.