Lujo y esplendor en la boda del hijo del Sultán de Brunéi

El príncipe Abdul Malik y una joven analista de datos han sido los protagonistas de un enlace de ensueño en una de las cortes más ricas del mundo

by hola.com

El Palacio de Istana Nurul Iman, el más lujoso y grande del mundo, ha albergado una celebración a su altura: la boda entre el príncipe Abdul Malik -hijo del Sultán de Brunéi y segundo en la línea de sucesión- y Dayangku Raabiatul Adawiyyah Pengiran Haji Bolkiah, una analista de datos de 22 años.

El sultán Hassanal Bolkiah, que ha gobernado desde 1967, presidió unas celebraciones en las que el lujo y el esplendor fueron grandes protagonistas: Vestidos confeccionados por uno de los diseñadores fetiches de las estrellas, Christian Louboutin “customizados” con oro, impresionantes joyas y en vez de ramos de flores, ramos de piedras preciosas. Ningún detalle se dejó al azar en unos fastos que comenzaron el pasado 5 de abril y que se extenderán hasta el próximo día 15. Así son las bodas en una de las cortes más ricas del mundo.

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El Palacio del Sultán de Brunéi, el más grande y lujoso del mundo, se vistió de gala para celebrar la boda entre el Príncipe Abdul Malik –de 31 años y segundo en la línea de sucesión- y Dayangku Raabi'atul 'Adawiyyah Pengiran Haji Bolkiah, una joven de 22 años. El Sultán Hassanal Bolkiah es uno de los hombres más ricos y espléndidos del planeta y con motivo del enlace de su hijo -segundo en la línea de sucesión al sultanato- ha querido organizar unas celebraciones que sean inolvidables. Unos festejos que comenzaron el pasado 5 de abril y que se extenderán hasta el próximo día 15. El diseñador malayo, Bernard Chandran -que ha vestido durante décadas a la familia real de Malasia y de Brunei (así como a algunas estrellas como Lady Gaga o Rihanna)- confeccionó para la pareja trajes a juego, confeccionados con una tela llena de brocados en color oro, a la que en el caso de la novia se añadieron cientos de brillantes y encajes superpuestos. Todo ello unido a las fabulosas joyas con las que la Princesa había sido aderezada, un conjunto de tiara, collar, pulseras y anillos llenos de diamantes y de esmeraldas de gran talla

 © Cordon Press

Para la celebración se habían encargado dos tronos y dos reposapiés cubiertos de laminillas de oro, con incrustaciones y forrados con la misma tela con la que se confeccionaron los trajes de los novios. Todo ello bajo una gran cúpula dorada que se sitúo en la Sala del Trono del Palacio Istana Nurul Iman (“Palacio de la luz y la fe”). Un espacio con capacidad para 4.000 personas y que igual que el resto de la construcción está repleto de oro y de piedras preciosas. Un impresionante complejo que se erige sobre una superficie de 200.000 m2 y está considerado como el más grande y más lujoso del mundo de los palacios habitados. Tiene 1.788 habitaciones, inmensas cúpulas cubiertas de oro, cinco piscinas, una mezquita para 1.500 personas y un largo etcétera. Los novios rezan en una ceremonia que nos trae al recuerdo la fabulosa historia de “Las mil y una noches”

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El Sultán de Brunéi tomó la mano de su hijo y la puso encima de la cabeza de la novia como señal de bendición, lo que significó la unión de la pareja. El soberano, además de presidir la ceremonia, se encargó de otorgar a la novia, Dayangku Raabi'atul 'Adawiyyah Pengiran Haji Bolkiah, el título real Yang Amat Mulia Pengiran Anak Isteri. El Sultán estuvo acompañado por su mujer (después de casarse tres veces, conserva actualmente una sola esposa, Raja Isteri Pengiran Anak Hajah Saleha, la primera, con la que se casó en 1965 y que es la madre del Príncipe Heredero y del Príncipe Abdul Malik) y por el Príncipe Heredero Al-Muhtadee Billah y su esposa, Dayangku Sarah

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Todos los ojos estuvieron puestos en la pareja real en el momento que, tras el consentimiento del monarca, hicieron su entrada en la Sala del Trono. El novio escoltado por miembros de la nobleza militar que portaban lanzas y escudos, mientras la novia estaba rodeada por una comitiva de mujeres que portaban velas, además de otros objetos cargados de simbolismo, unas ofrendas reales entre las que se encontraban vasijas ornamentales y objetos cotidianos con versos del Corán. Según publica The Brunei Times, entre las personalidades que se dieron cita en el Palacio de Brunéi destacan Ragad Kurdi Taib, esposa del ex ministro del estado malasio de Sarawak, Abdul Taib Mahmud y el Príncipe Abdul Mohsen bin Abdul Aziz de Arabia Saudita

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Tras la ceremonia los recién casados hicieron una entrada triunfal en el salón de banquetes en donde aguardaban sus invitados. Un espacio decorado con laminillas de oro, piedras preciosas y enormes lámparas de araña. Un comedor en donde han recibido a muchos miembros de la realeza europea como a los Reyes de Suecia, a la princesa Beatriz de Holanda cuando todavía era Reina y viajó acompañada de Guillermo y Máxima o al príncipe Carlos de Inglaterra y a la Duquesa de Cornualles. Para el banquete de gala los novios se cambiaron de ropa, el Príncipe se visitó con el uniforme militar de gala, mientras que la novia optó por un vestido de color violeta y se coronó con unas joyas, aún más impresionantes si cabe, que las que había lucido para la celebración religiosa

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Las joyas que lució la nueva Princesa de Brunéi merecen un capítulo aparte dentro de las celebraciones que han tenido lugar en uno de los templos del lujo a nivel mundial. La explotación del petróleo y del gas hace que este pequeño territorio posea una gran riqueza y que el Sultán esté considerado como uno de los soberanos más ricos del planeta. Una riqueza que se traduce en la espectacular colección de coches de lujo que posee, en el impresionante palacio en que reside o en la colección de joyas que lució Dayangku Raabi'atul 'Adawiyyah Pengiran Haji Bolkiah. Durante la ceremonia religiosa las esmeraldas fueron las protagonistas, presentes en la tiara, en el collar, en el anillo y también en las pulseras que quedaron cubiertas por las mangas de un vestido repleto de brillantes. Sin embargo, este no fue el único aderezo, ya que la novia cambió el tradicional ramo de flores por un ramo de joyas repleto de gemas, algo que ya habían hecho otras princesas de Brunéi. Sus zapatos Christian Louboutin también habían sido adaptados al gusto de la Familia Real con unas gruesas tobilleras de oro, que una de sus damas se preocupaba de que lucieran perfectos sobre el reposapiés hecho de laminillas de oro. Para el banquete la novia cambió las esmeraldas por decenas de rubís, presentes en una impresionante corona a juego con un collar, todo ello combinado con cientos de diamantes, el más espectacular el que lucía como anillo

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El rezo tradicional dio paso a un gran banquete en el que los recién casados disfrutaron de un gran día en compañía de sus familiares y amigos. Así se unían las vidas de un Príncipe y de una analista de datos, aficionad al bádminton y que es la segunda hija de un matrimonio formado por un miembro del cuerpo de bomberos y de una profesora de religión. Una boda real que comenzó el 5 de abril, cuando una comitiva del novio acudió a la casa de la ahora Princesa para pedir su mano, y que han llenado el país de celebraciones, folclore tradicional y, sobre todo, mucho lujo

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