La Familia Real griega no olvida al rey Pablo y a la reina Federica y mantiene vivo su recuerdo cada día en su corazón y cada año, puntualmente y sin faltar, por estas fechas con un servicio religioso en su memoria en el cementerio del palacio de Tatoi. La emotiva ceremonia se celebró ayer por la mañana y fue oficiada por Su Eminencia el Arzobispo de Atenas, el señor Ieronymos, y Sus Excelencias los Obispos metropolitanos de Syros, el señor Doroteo y Iliou y el señor Athinagoras, asistidos por el Padre Patrikios Kaleodis.
El rey Constantino, hermano de la reina Sofía, y su mujer, la reina Ana María, que han vuelto a vivir a Grecia, estaban acompañados por el príncipe heredero Pablo, que dejó en Londres a su mujer, la princesa Marie Chantal, y a sus cinco hijos y acudió solo a la ceremonia; por los príncipes Nicolás y Tatiana, que también residen desde hace un par de años en el país griego, y por la princesa Irene, inseparable hermana de la reina Sofía, que viajó hasta Atenas para dejar una corona de flores en honor a sus padres como hicieron el resto de los miembros de la familia. Asimismo asistieron algunos miembros del personal que trabajaron para los recordados soberanos. Para los muy presentes Reyes de Grecia. Porque cuando la muerte nos lleve, aún viviremos mientras alguien nos recuerde.
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